martes, 31 de diciembre de 2019

Podemos evitar las lesiones?

Podemos evitar las lesiones? O “solo” podemos intervenir sobre los aspectos controlables y modificables de las mismas? Es cuestión de suerte, de mala suerte?

“Con respecto a los atletas y las lesiones, sugeriríamos que el complejo sistema fisiológico y psicosocial humano tiene estados coexistentes claramente separados: (1) un estado saludable y (2) un estado lesionado. Los factores que empujan a un atleta hacia cualquiera de los dos estados están representados por una red interdependiente de determinantes (variables independientes en el modelo lineal) que cambian continuamente afectando el sistema en su conjunto, así como las relaciones entre los determinantes mismos. La dinámica es no lineal y las pequeñas diferencias en las mediciones iniciales de los determinantes pueden evolucionar exponencialmente con el tiempo.

* El atleta debe ser observado y examinado como un sistema fluido y dinámico.

* El sistema cambia, pero también lo hacen las relaciones entre las variables o determinantes dentro del sistema.

* Es importante la valoración inicial del deportista, pero hay que hacer una evaluación continua de las variables que pueden predisponer a la lesión, su evolución en el tiempo, de la interrelación entre ellas, y del atleta en su conjunto.

Los determinantes de cada atleta están expuestos a dos fuerzas competidoras: entrada de estrés (input desestabilizador) y entrada acomodaticia (input estabilizadora). La red de determinantes fluye entre estos dos caminos continuamente a medida que el atleta equilibra el estrés y la acomodación, empujando al atleta hacia una lesión o lejos de ella.

* Cómo hace frente el ser humano deportista a los eventos negativos de la vida?

Sin salud no puede haber rendimiento!
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Stern, et al. Physical Therapy in Sport (2019). Injury prediction as a non-linear system. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1466853X19304997?via%3Dihub

Con respecto al dolor de espalda baja

Con respecto al dolor de espalda baja, hace ya casi 30 años, en un artículo del año 1991 se concluía lo siguiente:

“La experiencia actual sugiere que la desinformación, el examen inadecuado del paciente, el abuso de medicación, el uso excesivo de modalidades pasivas, el enfoque en el dolor en lugar de la función y la excesiva dependencia de las imágenes radiológicas y las derivaciones especializadas son factores que contribuyen al dolor lumbar y la discapacidad subsiguiente. De hecho, se podría pensar que la discapacidad lumbar puede ser un trastorno iatrogénico en muchos casos”.

• No más reposo!
• No más tratamientos pasivos!
• No más cirugías!

Entrenamos para la vida!
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W. P. Hrudey. J Occup Rehabil. 1991. Overdiagnosis and overtreatment of low back pain: Long-term effects. https://link.springer.com/article/10.1007%2FBF01073695

El entrenamiento ha de estar centrado en el ser humano deportista

Llevo casi tres años que, por circunstancias de mi trabajo, estoy ayudando a deportistas, especialmente jugadores de fútbol y baloncesto, a recuperarse de determinadas lesiones mediante el entrenamiento de fuerza. Lo hacemos en el gimnasio, de manera individual, hecho que posibilita un abanico más amplio de trabajo y un trato especialmente cercano. De esta manera nos aseguramos que se cumplen los objetivos de readaptación y que pueda estar en perfectas condiciones para volver a integrarse con las dinámicas de grupo.
Quizás mis doce años anteriores con personas no deportistas, aunque casi todos en mayor o menor medida lo somos, me ha ayudado a tener una visión más integradora del entrenamiento...

Si bien, ni lo soy ni me considero un readaptador, simplemente un entrenador de fuerza y acondicionamiento físico que trabaja intentando colaborar con los fisioterapeutas con los que colaboro, donde mi misión principal es diseñar y supervisar las distintas fases del trabajo de fuerza que el jugador va a realizar en el gimnasio para recuperar, por ejemplo, la fuerza y funcionalidad en el cuádriceps después de haber sufrido una lesión de rodilla; o hacer lo propio con los aductores y su relación con la musculatura abdominal en casos de pubalgias; o en casos de sobrecargas musculares, donde el trabajo de fuerza, si se saben gestionar sus manifestaciones, el tipo de ejercicio y dosis de carga (volumen, intensidad, densidad, frecuencia...), así como la pertinente aplicación de técnicas de estiramiento, entrenamiento cruzado, trabajo aeróbico, etc., resultan mucho más eficientes que el reposo que se solía recomendar en estos casos.

También, si hay que corregir o mejorar patrones básicos de movimiento, o un grupo muscular específico, el hacerlo en un entorno seguro y controlado, nos permitirá mejorar el control motor para poder implementarlo en entornos complejos y cambiantes como lo son los deportes colectivos que demandan tanta coordinación y coactivación a grandes velocidades. O si, por el contrario, un jugador necesita bajar de peso graso al tiempo que mantiene o mejora su masa muscular, y también, por supuesto, aplicar más fuerza en menos tiempo con una calidad de movimiento ineludiblemente excelente, pues en el gimnasio tenemos herramientas para ello.

Sin salud no puede haber rendimiento!

No es lo mismo motivar que dar motivos

Esta semana me han pasado dos casos que seguro son bastante comunes y pueden resultar familiares. Sendas personas, una de ellas me avisa por la mañana que va anular el entrenamiento que teníamos previsto por la tarde porque fue al fisio y tiene una sobrecarga en los isquios de jugar al fútbol sala, entonces que tenía que guardar reposo porque el propio fisio le dijo que no podía hacer ejercicio.
A groso modo, yo le intento hacer ver que una sobrecarga es mejor solucionarla con estiramientos dinámicos y estáticos, y con una mejor gestión de las cargas de entrenamiento. Y que, además, se puede y debe entrenar todo el cuerpo sin tener que tocar los isquios, si esto fuese el problema, que lo dudo con casi total rotundidad, o que, mejor aún, si hacemos un trabajo regenerativo de los mismos. Otra cosa sería entrenar al fútbol, correr, saltar, etc. O si hubiese una rotura de fibras, donde los protocolos son otros, pero los beneficios de entrenar cualquier otra parte del cuerpo y ese grupo muscular pero de otra forma están bien claros. Y los entrenadores personales, profesionales titulados en Ciencias de las Actividades Físicas y Deportivas, estamos, sobre todo, para cuando los vientos soplan en contra. Para lo fácil también, claro, pero es cuando surgen problemas físicos en donde se puede intervenir mediante el ejercicio y para su posterior prevención o disminución del riesgo de que vuelva a suceder. Es así y no me lo invento yo! Además, a las pruebas me remito, se puede mostrar y demostrar a quien quiera.
Y escribo esto porque me gustaría que la gente se empiece a concienciar de que hay formas mejores de hacer las cosas y profesionales formados y experimentados para ello.
 
El segundo caso se me presenta por otro cliente, persona a la que ayudo a entrenar en el gimnasio y que tiene unos problemas de espalda, diagnosticado con dos hernias y además sintomáticas, pero que en las tres semanas que llevamos entrenando juntos nota una mejoría impresionante, tanto en niveles de fuerza como en la reducción del dolor. El problema surge cuando por una gastroenteritis no puede asistir a las sesiones de entrenamiento que teníamos previstas, algo comprensible y lógico, por supuesto. Pero al cabo de esa última semana, me escribe un mensaje diciéndome que es mejor retomar los entrenamientos hasta dos semanas después porque se había levantado con dolor de hombro y el fisio le dijo que no hiciese nada —reposo— porque no era buena idea ir al gimnasio a forzar.
Yo no sé qué se ha pensado el fisio que hacemos en el gimnasio, pero bueno, su recomendación está muy lejos del conocimiento y evidencia que hay sobre rehabilitación del hombro y cómo tratar una tendinitis.
Pero de igual manera que en el caso anterior, subrayo que al gimnasio se puede ir a hacer todo el resto del cuerpo, y mucho más en este caso de dolor de espalda, donde los beneficios del ejercicio se pierden si no se realiza como se venía haciendo en una dosis de carga optimizada para esa persona. Sí, es así, estamos privilegiadamente condenados a hacer ejercicio, y a movernos bien y muy a menudo.
Entiendo que haya miedos por una mala información o por situaciones pasadas poco afortunadas, pero eso no quiere decir que tenga que volver a pasar. Intento que la gente lo vea de otra manera, porque el reposo, en la mayoría de las veces, no es lo más eficiente, y en el gimnasio se pueden hacer muchas cosas, y si además tienes a una persona que le estás pagando para que te de soluciones antes situaciones físicas que te puedan surgir, como un fisioterapeuta y un entrenador personal, con más razón. Esto no quiere decir que las terapias pasivos tengan aplicación, por supuesto que la tienen. Además la valoración diagnóstica del fisioterapeuta y el tratamiento de los tejidos en un primer momento y circunstancias dadas, me parecen claves.
Se puede y debe venir al gimnasio; reevaloramos e incluimos los ejercicios que se deban incluir, que hay protocolos de actuación en casi todas las lesiones o molestias que puedan surgir, que el ejercicio tiene efecto analgésico y modulador del dolo, por ejemplo.
El ejercicio tiene efecto antiinflamatorio por liberación de sustancias al torrente sanguíneo y a los tejidos. Además mejora vascularización, viscosidad articular, fascias, etc. Y se produce una mecanotransducción que informa al cerebro de lo que tiene que hacer para que se vaya curando y disminuyendo la sensación de dolor, entre otras, y hablando mal y pronto. No dejes que el miedo o el pensar que no estás al 100% te guíen la vida o la parte que tenga que ver con el ejercicio físico. Si cada vez que no estamos al 100% no podemos entrenar ni hacer nada, estaríamos buenos, entonces todo el mundo, y yo mismo, estaríamos tirados sin poder disfrutar de nuestro cuerpo.
En mi caso personal, yo estoy para estas cosas, no para lo fácil. Cuando surge un problema físico, tendinitis en este caso, aunque habría que acotar el diagnóstico mucho más preciso, hay que actuar en consonancia. Y los fisios, no todos, suelen tener la palabra reposo muy en la boca. Fisios, no todos, que, por otra parte, no tocaron un gimnasio en la vida, entonces no saben lo que se siente al entrenar. Y para dar buenos consejos hay que tener experiencia en primera persona, eso es una de las cosas que falla en esta sociedad.
Por otro lado, si yo tengo un problema con el ordenador, llamaré a un informático y le llevaré el ordenador para que lo vea y lo arregle, tanto software como hardware, pero dudo que se le diga que tiene que ponerlo en reposo...
Hay que usar lo que tiene mayor evidencia, tanto teórica como clínica —práctica—. Yo lo hago, y además lo compruebo, lo anoto, hago un seguimiento y saco conclusiones intentando tener siempre un pensamiento sistémico.
Cada vez que se me pide justificación la doy, y además lo veo necesario y una obligación por mi parte; ayudar a los demás a darles una mejor información y más útil para su día a día, y el reposo no tiene demasiada utilidad, ni los tratamientos pasivos, los cuales, sí pueden tener cabida en algún momento concreto. Lo que sí funciona es el descanso activo o el entrenamiento cruzado. La solución es adaptar el entrenamiento, hacer un trabajo específico, si es que hay que hacerlo, y por lo demás, todo el trabajo de todos los grupos musculares, se puede y debe hacer. Tengo aquí en el gimnasio a personas bien jodidas del hombro, de la espalda, de las rodillas, etc., y no hablo por hablar. Y entrenan y se recuperan...
 
Sinceramente, no me preocupa perder un cliente por hacer bien mi trabajo y darle las mejores y más reales opciones. Prefiero perderlo por eso que por pasota o condescendiente. A mi no me da igual, no me das igual. Quiero que te hagas fuerte, resiliente, que cambies tus creencias, lo que siempre te contaron, y lo que siempre hiciste...
No trabajo para acumular clientes, trabajo para ofrecer la máxima calidad a cada cliente, y para que cada persona sea única. Si escribo esto no es para causar agravio, al contrario, lo trato de hacer constructivamente y que me disculpen quienes se puedan dar por aludidos.
 
Conforme estos dos casos, surgen algunos más, y quizás sea normal, pues la vida está llena de contratiempos; y yo no tengo problema en que me anulen alguna sesión o no apetezca venir a entrenar, o lo que sea, solo faltaría, esto no es una dictadura o hay obligatoriedad para hacer nada, la obligatoriedad siempre será para uno mismo, pero siempre que haya sinceridad y confianza se puede entender.
Puedo entender que haya miedo unido a una falta de información y formación profunda sobre fisiología, biomecánica, periodización, etc., pero para eso estamos los profesionales titulados en ciencias de la actividad física y del deporte, no?
 
Por último, me gusta compartir una visión a largo plazo. Es decir, si un día no se puede ir a entrenar por el motivo que sea, bueno, en cuanto se pueda se va. Es muy importante mantener una regularidad y constancia para co seguir las adaptaciones y beneficios del entrenamiento.
En todos los casos tengo como principio facilitar al máximo la autonomía de la persona para que, por un lado sea autosuficiente y no dependa de nadie para entrenar y, por otro lado, las sesiones que haya contratado le dure lo máximo posible para hacérselo lo más asequible posible y que pueda mantenerlo de por vida.
Cuanto más ayudo a los demás, más me ayudo a mi mismo...
 
Entrenamos para la vida!

Integrative Neuromuscular Training: para el dolor de espalda

Hay trabajos que son una auténtica mina. Si ya hace unos meses compartía este magnífico trabajo de Azahara Fort-Vanmeerhaeghe, Daniel Romero-Rodriguez, y colaboradores, pero en un contexto de prevención de lesiones, hoy he de hacer lo mismo. Sin embargo, en esta ocasión, este “must read” de la literatura científica deportiva, me viene como anillo al dedo en un acto de serendipia: mientras preparaba un informe para una doctora neurocirujana que me ha solicitado una persona a la que ayudo a entrenar en el gimnasio.
Sí, hace unas semanas compartía el seguimiento que estoy haciendo de este cliente y las mejoras que está teniendo de sus hernias lumbares con radiculopatía de miembro inferior derecho. En tan solo 20 sesiones en 2 meses ha dejado atrás el dolor y la discapacidad, y ha vuelto a poder rendir mejor en su trabajo, y disfrutar de su pasión como árbitro de fútbol y de la vida en general.

A continuación, he querido destacar los siguientes párrafos, pues el ejercicio físico, desarrollado en un programa individualizado y bajo la supervisión de un fisioterapeuta y del profesional de la actividad física y el deporte, es, con creces, la mejor opción para tratar con personas con dolor de espalda:

“Las lesiones de espalda se vinculan con cambios específicos en las estrategias de reclutamiento muscular utilizadas por el sistema nervioso central para controlar la columna vertebral. Este tipo de lesión generalmente implica una actividad deteriorada de los músculos profundos (p. Ej., Transverso del abdomen y multifidos lumbares) a menudo en asociación con hiperactividad de los músculos superficiales (p. Ej., Recto abdominal y dorsal ancho). Los ejercicios básicos específicos son útiles en la rehabilitación y prevención de lesiones que tienen como objetivo integrar actividades musculares profundas y superficiales durante las tareas funcionales. Por ejemplo, los ejercicios que apuntan al reaprendizaje del patrón motor de los músculos profundos inhibidos pueden ser beneficiosos para las personas con déficit de lesiones previas o falta de fuerza central a nivel primario. Los atletas que aprueban los exámenes de detección pueden centrarse en ejercicios básicos funcionales para garantizar la participación regular en las tareas de la vida diaria y la actividad física deportiva.

Según nuestra experiencia y revisión de la literatura actual, los programas centrales de estabilización dinámica en atletas novatos deberían considerar comenzar con ejercicios básicos de estabilidad posicional y activación de la conciencia corporal (por ejemplo, ejercicios en cuadrupedia y respiración diafragmática) en superficies estáticas. Estos ejercicios comprenden movimientos posturales de "umbral bajo" que demandan principalmente resistencia y control motor. Otro objetivo de estos ejercicios es activar los músculos profundos del tronco y la cintura escapular mientras se mantiene una postura neutral de la columna vertebral.

Además, es importante tener en cuenta que las fibras musculares de los tipos I y II deben ser estimuladas para garantizar la integridad de la columna vertebral durante el deporte y la vida diaria. Por lo tanto, es necesario programar una variedad de ejercicios de estabilidad del núcleo que garanticen la exposición tanto estática (es decir, isométrica) como dinámica. Además, cuando se entrena para la correcta activación del núcleo, puede ser ventajoso estimular los músculos del núcleo cuando el atleta está en una posición cuádruple, de rodillas o en decúbito supino para eliminar la asistencia de equilibrio proporcionada por las extremidades inferiores (p. Ej., articulaciones del tobillo).
Así mismo, los ejercicios de estabilidad del núcleo que hacen que el atleta se siente de rodillas sobre superficies inestables (p. Ej., de rodillas sobre un BOSU) se pueden implementar para entrenar eficazmente para la activación del tejido profundo y el equilibrio del núcleo”.

“La instrucción y supervisión por parte de profesionales calificados son esenciales para la participación de manera segura, efectiva y agradable. Es crítico que la instrucción y la retroalimentación sean apropiadas para el desarrollo y consistentes con las necesidades, objetivos y habilidades de un individuo. También es valioso garantizar el dominio de la técnica de movimiento de un individuo en los fundamentos antes de progresar a variaciones de ejercicio más intensas y derivados. En otras palabras, un atleta no debe progresar en la intensidad del ejercicio basado en el tiempo en un programa ni en el desempeño de sus compañeros, sino únicamente en su propia capacidad técnica. Por lo tanto, las progresiones del entrenamiento están limitadas por la capacidad de un individuo de demostrar primero una técnica sólida y consistente de ejercicios precursores”.

Entrenamos para la vida!
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Azahara Fort-Vanmeerhaeghe, Daniel Romero-Rodriguez, et al. Strength and Conditioning Journal. 38(4):9–27, 2016. Integrative Neuromuscular Training in Youth Athletes. Part II: Strategies to Prevent Injuries and Improve Performance. https://bit.ly/2ZDukos

No, no hay balas mágicas!

Recientemente, una persona se pone en contacto conmigo con la intención de iniciar un programa de entrenamiento en el gimnasio. Pero no era un caso más, ninguno lo es. Se trata de una persona muy activa: natación, correr, ciclismo, escalar, padel..., y lo que surja. Su cabeza es un torbellino que arrastra al cuerpo a su antojo pero, de un tiempo a esta parte, el componente físico no podía seguir el ritmo de la parte volitiva, y empezó a quejarse. Cadera y rodilla fueron los eslabones débiles por los que rompió la cadena.
El primer paso fue el diagnóstico médico, paralelamente a la valoración diagnóstica del fisioterapeuta. Inmediatamente, solicité un informe lo más detallado posible para no ir dando bandazos y poder concretar el programa de ejercicios.
Lo primero que recibí fue las imágenes de ecografía que la había hecho el fisio en las dos rodillas. Pero, sinceramente, una vez más fui consciente de mis limitaciones al interpretar una imagen diagnóstica.
A bote pronto, pude distinguir una asimetría entre las dos rodillas, y algo de inflamación en zona de “pata de ganso”. También cierta bursitis en la zona del ligamento colateral medial, con este algo tocado, pero no estoy entrenado en interpretar ecografías e igual dije una auténtica burrada, y de las grandes. Para mi corrección, e insisto, para perfilar el programa de entrenamiento a realizar en el gimnasio, el propio equipo de readaptadores me facilitaron el cuadro diagnóstico con “procesos artrosicos degenerativos a nivel de condilo femoral y de la meseta tibial. Además, presenta una pequeña rotura a nivel de cuerno posterior de la rodilla; y su ligamento lateral interno está ligeramente dañado. En principio prohibido correr y deportes de impacto. Lo principal, trabajar con ejercicios de control motor los estabilizadores de cadera, rodilla y tobillo, rotadores profundos de cadera, complejo lumbo-pélvico y estabilizadores de hombro. Pero también deberá ganar fuerza en la musculatura a nivel general. Por último, si se tercia, se podrán ir introduciendo impactos de forma progresiva y controlada”.

Inmediatamente, hago mi valoración integral, tanto cineantropométrica como postural estática y dinámica, detectando, efectivamente, ciertos micromovimientos que hay que corregir, y fuerzas musculares agonistas que hay que compensar con un trabajo muy analítico, muy lento y con feedback constante. Del mismo modo, hay gestos más globales que tiene gran margen de mejora, y la propiocepción con trabajo neuromuscular y analítico, será prioritario pasa ir solapando con ejercicios multiarticulares y, por qué no, gestos deportivos.

Sin menoscabo de todo lo anterior, hemos de tener en cuenta que la ecografía solo es una prueba más; no caigamos en la trampa de una utilización desmesurada como se hace con las resonancias magnética. Ya que, no siempre la lesión, entendida clásicamente como el daño aparente que pueda haber en los tejidos, se corresponde con el dolor. Es decir, dos rodillas diferentes, uno con dolor y otra sin dolor, pueden presentar el mismo daño. Sin embargo, en este caso sí que se correlaciona, la causalidad es evidente.

De todas formas, aunque ciertos tratamientos médicos y de fisioterapia puedan tener cabida, como por ejemplo la tan famosa EPI, sin la implementación del óptimo entrenamiento psiconeuromuscular, la mesa siempre quedara coja, y nunca mejor dicho.
Insisto en que no es de mi competencia dicha tarea, a no ser que vuelva a insistir con mi matrícula en fisioterapia, pero eso quedó lejos, en el pasado, y estará muy lejano, en el futuro. No obstante, la libertad de aprender libremente es un derecho que debemos proteger, no?

Cuento todo esto para que se sepa el trabajo que hay detrás, y que esto no es tan sencillo como “me puedes hacer un programa para”, “qué ejercicio es el mejor para”..., etc. No, no hay balas mágicas! Hay preguntas, pero no siempre las respuestas son las que pensamos o esperamos. Pero, al menos, sigamos buscando recursos para acercarnos a esas respuestas…

Entrenamos para la vida!

Mi misión es serle útil a los demás; es serte útil a ti...

En cada caso que se presenta, cada persona —y sus circunstancias—, tiene unos objetivos, e independientemente de los que sean, una vez que se ha consensuado, entre entrenador y entrenado, el itinerario a seguir, el primero presta sus servicios al segundo en pro de alcanzarlos de manera eficiente, esto es, con eficacia, seguridad y en el menor tiempo posible —yo no lo entiendo de otro modo—. Cuando alguien confía en tu trabajo, solo queda dar lo mejor de uno y poner todas las herramientas a disposición de la persona, ser honesto y trabajar a destajo.

Algo de lo que cada vez estoy siendo más insistente, es que si una persona que me contrata como entrenador personal, pero que ya lleva un tiempo prudencial conmigo y ha aprendido a realizar los ejercicios y seguir un programa que ya hemos hecho juntos durante un mínimo de sesiones, por el motivo que sea no podemos organizar alguna de las horas semanales previstas, o por motivos económicos o de otra índole no puede o no quiere renovar determinadas sesiones de entrenamiento personal, es que vaya igual al gimnasio y siga lo que está marcado en el programa que estamos haciendo y lo haga por su cuenta —yo siempre estaré a su disposición—. Así podremos estirar más los bonos de sesiones, es decir, le durará más y le supondrá menos desembolso, pudiendo concretar sesiones de control y seguimiento. Hemos de tener claro, todos, que la constancia y regularidad, si el programa está bien diseñado para esa persona en concreto y sus circunstancias, es lo que hace que uno mejore. Es más, uno de mis principales objetivos es enseñar a entrenar, ya no digo a saber diseñar un programa, porque para eso hay que estudiar lo que hay que estudiar y tener la experiencia que hay que tener, pero sí a saber realizar los ejercicios correctamente y tener un criterio adecuado. Y, por otro lado, que no tengan miedo en ir al gimnasio, en coger las barras, los discos y mancuernas, en usar las máquinas, los cables con poleas, etc.; en tener soltura en las instalaciones y desenvolverse con seguridad y confianza.

Lo digo sinceramente, no trabajo para ganar dinero, eso no me supone demasiada motivación para hacer lo que hago y cómo lo hago, para toda la información y formación que voy implementando; trabajo para ayudar a mejorar la vida de las personas que confían en mi saber hacer. Me siento en la obligación de devolverles con creces la confianza depositada. No quiero ser una más —aunque lo sea—, o alguien que en algún momento te ayudó a entrenar o te hizo un programa, lo seguiste durante unos meses y ahí se quedó, no. Mi verdadero objetivo es ser tu entrenador personal para siempre, una persona de confianza que te conoce, que te escucha, que sabe lo que necesitas, que te da soluciones reales y útiles; que te ayuda a alcanzar los objetivos pretendidos, siempre y cuando sea posible, sin engañar a nadie; adaptando el programa de entrenamiento a las necesidades de cada persona, y derivando cuando haya que hacerlo. Un profesional que te ayuda a optimizar el tiempo y el dinero que inviertes en cuidarte y en mejorar tu salud y tu rendimiento.

Por mi experiencia —y experiencias— en todos estos años, un buen profesional es el que te ayuda a dar con las pautas adecuadas y adaptadas, el que busca soluciones, el que te da una información para que puedas valerte por ti mismo y que seas autosuficiente en el control de tu salud y también de tu rendimiento. Duda de quien tenga otras intenciones, te hará perder tu tiempo, tu dinero y la confianza en los buenos profesionales.

Invertir en un Entrenador Personal que te ayude a planificar el ejercicio, que te asesore, que haga un seguimiento y control de todo el proceso de evolución, que te motive y te escuche, es una inversión real en salud.

Seguimos trabajando…

Hay que querer y saber mirar…

Mi día a día de trabajo es el día a día de cada una de las personas que ayudo a entrenar. Pero, bueno, no quiero que esto parezca altivo, pues no soy más que un simple entrenador deportivo que, dentro de su complejidad, ayuda a mejorar tanto el rendimiento físico como la calidad de vida por medio del entrenamiento. Y al igual que yo, nadie se puede creer tan importante que la propia persona. Al fin y al cabo es quien tiene la primera y última palabra, tenga o no tenga una buena información; aunque si esta es de calidad y útil, podrá tomar mejores decisiones, indudablemente.

Lo primero que hacemos antes de ponerse a hacer ejercicio es una valoración integral. Cómo sino sabes lo que tiene que hacer esa persona?
Considero que esta es una de las partes más importantes de mi trabajo. Otra de las funciones importantes de mi profesión es diseñar el programa de ejercicio y su conveniente periodización. Y otra, aplicar de facto todos y cada uno de los principios fisiológicos del entrenamiento, y en esto, las ciencias de la actividad física y el deporte somos los que llevamos la batuta, se ponga como se ponga quien se ponga.

Y la adherencia? Aquí se trata de dar motivos para despertar, quizás, la motivación intrínseca, que es la que verdaderamente cuenta. Y esta, nuevamente, se vuelve seria y rigurosa cuando la información que manejamos es de calidad y útil, y así se pueda trazar un plan de acción.

Por otro lado, cada persona que entrenamos tiene sus condicionantes, sus inquietudes, sus creencias y sus objetivos. Ya en la valoración inicial salen cosas, pero todavía no hay la suficiente confianza para ir mas allá. No obstante, a veces, durante los entrenamientos, traspasamos la línea de lo personal y nos contamos pensamientos, situaciones personales, intimidades...; son las relaciones humanas, el trato entre iguales. Y aprendo, vaya si aprendo. Aprendo a verme reflejado, pero también a ser consciente de que somos diferentes, aunque seamos, por supuesto, iguales, sin serlo. Todos tenemos algunos problemas o situaciones de vida, temporales o no, y creencias que nos generan ciertas barreras; muros que intentamos derribar, a veces no con las mejores herramientas.
Esas limitaciones no nos dejan avanzar, aunque la vida se trate de eso: de aguantar los golpes sin dejar de avanzar.

Quien lo ve desde afuera piensa que solo soy alguien que acompaña y vigila. Alguien que está cobrando por motivar a los más perezosos que les cuesta ir al gimnasio…; a veces, incluso, con conversaciones intrascendentes para rellenar ciertos silencios que pudieran parecer incómodos; por ejemplo, en los descansos entre series y ejercicios. Veo las pausas entre series como muy necesarias, especialmente para personas muy nerviosas o ansiosas, sin meterme en aspectos fisiológicos de los beneficios de las mismas, claro. Por supuesto que algunas personas necesitan que las aviven, pero muchas otras necesitan todo lo contrario, necesitan bajar las revoluciones. Esto no va reñido con entrenar a cierta intensidad, con hacer los ejercicios bien, con buena técnica, con ganas…
Quien piense que un entrenador personal es alguien que te motiva, es que no tiene ni idea!

En el gimnasio tengo a personas con migrañas, con fibromialgia, con colitis, con artritis, con síndrome metabólico, con hernias y procesos dolorosos…, con alteraciones del suelo pélvico, etc.; y también con problemas personales, familiares, de pareja, etc. Personas que por fuera parecen pero por dentro, ay por dentro! Hay que querer y saber mirar…
Pero no trato sus problemas, no las trato a ellas, para eso están otros profesionales debidamente formados, pero sí trato con ellas, que es bastante diferente. Ellas simplemente quieren ser personas normales haciendo cosas normales, pero no, realmente no; son personas extraordinarias haciendo cosas extraordinarias.
Quien siga pensando que no tienen fuerza de voluntad y que por eso necesitan a un entrenador personal, no tienen ni idea. Lo que hay es que ponerse en sus zapatos, haber andado su mismo camino y escuchar con los ojos bien abiertos…

Mis deseos para estas navidades? Pues en este contexto al que me refiero, que todo el mundo se mueva más y mejor, que gasten menos en médicos y medicamentos y más en salud, que piensen menos en tratar la enfermedad y más en mejorar su rendimiento físico. Y que juzguemos menos y queramos más…

Entrenamos para la vida!

Factores del estilo de vida asociados con el dolor crónico

“El dolor crónico tiene un tremendo impacto personal y socioeconómico y sigue siendo difícil de tratar. Por lo tanto, parece importante proporcionar una actualización sobre la comprensión actual con respecto a los factores de estilo de vida en personas con dolor crónico a lo largo de la vida, y explicar que los médicos deben abordar varios factores de estilo de vida concomitantemente en una intervención de estilo de vida multimodal adaptada individualmente para personas con dolor crónico.
Factores de estilo de vida como la actividad física, el comportamiento sedentario, el estrés, el sueño deficiente, la dieta poco saludable y el tabaquismo se asocian con la severidad y el mantenimiento del dolor crónico. Esto se aplica a todas las categorías de edad, es decir, dolor crónico a lo largo de la vida. Sin embargo, las opciones de tratamiento actuales a menudo no abordan, o solo en parte, los muchos factores del estilo de vida asociados con el dolor crónico, o intentan abordarlos en un formato estándar en lugar de proporcionar una intervención de estilo de vida multimodal personalizada.

En conclusión, se propone que los enfoques de tratamiento para las personas que tienen dolor crónico deben abordar todos los factores de estilo de vida relevantes de manera concomitante en una intervención multimodal personalizada. En última instancia, esto debería conducir a un mayor impacto clínico con mayores tamaños de efecto y, posteriormente, disminuir la carga psicológica y socioeconómica del dolor crónico en el mundo occidental”.
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Jo Nijs, et al. PM&R (Physical Medicine and Rehabilitation). 2019. Lifestyle and Chronic Pain Across the Lifespan: An Inconvenient Truth? https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/31437355

domingo, 1 de diciembre de 2019

Educación y Ejercicio Físico para el abordaje del Dolor Crónico

"Más del 20% de la población de los países occidentales presenta dolor crónico musculoesquelético (DCME) y la prevalencia está en aumento, ocasionando sufrimiento, discapacidad, pérdida de calidad de vida y un elevado gasto sanitario. La neurociencia ha evidenciado que la perpetuación del DCME se debe a alteraciones en los mecanismos centrales de procesamiento de estímulos nocivos y a disfunciones de mecanismos endógenos inhibitorios del dolor. Los tratamientos utilizados en DCME obtienen pobres resultados. La combinación de END (Educación en Neurociencia del Dolor) y EF (Ejercicio Físico) aplicados desde la Fisioterapia están siendo muy eficaces en otros países. Este tipo de intervenciones aún no se han implantado y evaluado en nuestro sistema sanitario.
La END es una técnica de tratamiento efectiva que fomenta el empoderamiento del paciente y carece de efectos secundarios. El EF dirigido y dosificado es una excelente herramienta terapéutica que permite activar mecanismos endógenos de control del dolor. La mayoría de los ensayos clínicos realizados hasta la fecha han confirmado que la combinación de ambas intervenciones son eficaces en pacientes con dolor persistente, consiguiendo mejorar los niveles de kinesiofobia, castastrofismo y dolor. Nuestro estudio presenta una disminución de estas variables mayor de la esperada. Este ensayo es uno de los primeros que se realiza en Atención Primaria, en el que a diferencia de otros estudios la intervención educativa y el EF se ha hecho de forma grupal y con componentes lúdicos. Esta forma de trabajo ha favorecido la interacción social, la creación de nuevos vínculos afectivos. Sería conveniente poder medir estos aspectos para valorar su posible contribución a la mejoría clínica experimentada por el grupo de intervención.

Hay que destacar que a los 6 meses, se mantiene la mejoría lograda en la valoración post‐intervención. En cuanto a los resultados obtenidos, y comparando los grupos, hay que señalar que el tratamiento frente al que se ha comparado la intervención de END y EF es el tratamiento fisioterápico habitual que se realiza en los Centros de Atención Primaria de Castilla y León, que está sustentado por los protocolos de Fisioterapia en Atención Primaria vigentes en el momento de realización del estudio. Es necesario señalar que esos protocolos no están basados en las recomendaciones de mayor grado vigentes en el momento actual, por lo que precisan una actualización que afortunadamente se producirá este año. Aun así, el tamaño del efecto logrado con el grupo experimental ha sido mayor del esperado.

Nuestros resultados confirman las recomendaciones más recientes aparecidas en Guías de Práctica Clínica y revistas de impacto, situando a las medidas basadas en educación y ejercicio como primera escalón terapéutica para el abordaje del DCME. Como conclusión, l
a END y el EF se consolidan como primera línea de tratamiento en el abordaje del DCME. La intervención propuesta es sencilla y reproducible. Requiere pocos recursos, genera buenos resultados y no presenta efectos secundarios".

Entrenamos para la vida!
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Referencia:

Galán‐Martín MA, y col. 
Scientific Medical Data, 2018. Educación en neurociencia del dolor y programa de ejercicio físico en pacientes con dolor crónico de espalda. Ensayo clínico aleatorizado. https://www.scientificbigdata.com/article.php?1yXbAerxyQBt3w1IfTH7UdviS16vJK8rGYWLP+tT1H0=

Problemas de Espalda? Hay Solución!

Llevo unos cuantos años entrenando a personas con dolencias de espalda, entre otras alteraciones, y con resultados muy satisfactorios, a las pruebas me remito y los protagonistas están ahí para dar Fe de ello.
Personalmente, la supervisión y control del ejercicio en personas con algún tipo de alteración, sabiendo que el que más y el que menos hacemos deporte o trabajamos, y nos duele algo, y en algún momento nos podemos lesionar, tanto por uso como por desuso, es donde centro casi todos mis esfuerzos de formación y estudio. Aquí es donde me siento más seguro pero también donde más incertidumbres tengo: en la readaptación de lesiones.

Evidentemente, cada caso es particular y el dolor de espalda —en las zonas de la espalda— no es homogéneo. Pero esta semana me quedé atónito cuando un señor de unos 50 años, panadero, árbitro de fútbol; con dos hernias lumbares y una protusión cervical, cansado de ir de fisio en fisio, de osteópatas, de quiroprácticos; de haber pedido tres opiniones médicas de neurocirujanos ya que tiene un principio de claudicación neurogénica y tomaba medicamentos cada dos por tres, e infiltraciones de corticoides para los episodios agudos de ciáticas, he conseguido —ha conseguido—, en tan solo 6 entrenamientos (3 semanas) más unas tareas (ejercicios analíticos) para casa, que haya recuperado la sensibilidad en el miembro inferior, que no le duela la espalda lumbar, salvo los que persisten cuando se levanta por las mañanas, y que vuelva a arbitrar después de estar desde abril sin hacerlo.

Por una parte hay que darle las gracias al último neurocirujano al que fue, pues éste le recomendó que fuese al gimnasio a entrenar la musculatura pero que lo hiciese con un entrenador personal. Y aquí estamos!
Él está muy contento e ilusionado y dice que es lo mejor que hizo desde hace tiempo. Esto hace que haya recuperado la confianza y perdido el miedo al movimiento. Yo le digo que aún es pronto para lanzar campanas al vuelo y que hay que seguir por este camino: progresando poco a poco.

Qué hicimos? Respirar, estirar, relajar, control motor: movimientos lentos y controlados; estímulos concretos de toda la musculatura implicada y antagonista, buscando la coordinación selectiva, pero también trabajamos de manera global.

Por supuesto que hay ejercicios mejores que otros, por mucho que parezca que cualquier actividad es mejor que ninguna, esto es una idea mediocre que no se corresponde con la realidad, pero no hay métodos, ni tan siquiera protocolos. Pero, sinceramente, no me parece lo más relevante, porque, qué hace que un programa funcione y otro no? Y lo que es aún más complejo: qué hace que el mismo programa funcione en una persona y en otra no? La dosis, la escucha activa, la empatía, la asertividad, las modificaciones pertinentes, los focos atencionales, la concentración, la consciencia plena o quizás la distracción, la constancia, el umbral de tolerancia, la actitud, la reeducación, la información veraz, rigurosa y actualizada; tratar a la persona por lo que puede llegar a ser, insistir hasta la saciedad, que ganen autoconfianza. Todo ello, claro! Pero, y las creencias?, qué pensamos de las creencias? Y el cerebro?, qué sabemos sobre nosotros mismos?

Es muy importante, es clave —critica— la pedagogía del profesional ante personas con dolor crónico; el vocabulario y expresiones usadas. Del mismo modo, como antes mencionaba, hay que estar presente: saber escuchar tu cuerpo pero sin altavoces.
El dolor —el cerebro— nos protege pero a veces es disfuncional y maladaptativo, y para reducir el dolor tenemos que reducir evidencia creíble de peligro y aumentar la evidencia creíble de seguridad. Influyen sutilmente las expectativas, las experiencias anteriores, la cultura social establecida, las relaciones personales y el entorno. Por esta razón, y por muchas otras, no tiene sentido prescribir medicamentos para todos, y mucho menos automedicarse, pues no solventa el problema de fondo. Además, el movimiento —en forma de ejercicio neuro-psico-físico individualizado y óptimamente dosificado— tiene un efecto analgésico potentísimo, debido a principios de mecanotransducción y procesos corticales y metabólicos interdependientes. Pero insisto, hay que atender al ratio dosis/respuesta. Aquí está una de las principales claves, si de eficacia hablamos: acercarse a conocer la dosis óptima de actividad y ejercicio físico. Individualizar!

Si queremos resultados diferentes no esperemos conseguirlos haciendo lo mismo de siempre...

Entrenamos para la vida!

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Referencias:

- Steffens D, et al. JAMA Intern Med. 2016. Prevention of Low Back Pain: A Systematic Review and Meta-analysis. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/m/pubmed/26752509/

- Saragiotto BT, et al. Spine (Phila Pa 1976). 2016. Motor Control Exercise for Nonspecific Low Back Pain: A Cochrane Review. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/m/pubmed/27128390/

- Rabey M, et al. Pain. 2015. Somatosensory nociceptive characteristics differentiate subgroups in people with chronic low back pain: a cluster analysis. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/m/pubmed/26020225/

- Barbara S. Webster, et al. Spine (Phila Pa 1976). 2014. The Cascade of Medical Services and Associated Longitudinal Costs Due to Nonadherent Magnetic Resonance Imaging for Low Back Pain. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4105318/

Para el Dolor Crónico: Programa Individualizado de Entrenamiento

Aunque pueda haber diferentes programas para tratar un mismo problema, si podemos demostrar que un programa es mejor que otro para tratar, por ejemplo, el dolor de espalda lumbar, huelga ofrecer esa posibilidad a la sociedad. La terapia cognitiva funcional, esto es, un programa individualizado de entrenamiento que incluya una anamnesis detallada con preguntas clave y una escucha activa en una conversación fluida y pertinente para conocer la historia personal e intransferible del ser humano que tenemos delante, y una valoración funcional de inicio que nos permita determinar qué movimientos podemos implementar en la primera fase del programa de ejercicio progresivo, ha demostrado ser superior que las clases grupales; las cuales, por otro lado, también pueden ser favorables si se saben gestionar. Indudablemente, el programa de entrenamiento ha de cumplir ciertas premisas de seguridad y eficacia, y la persona estar receptiva a las indicaciones del fisioterapeuta y del entrenador, y a cumplir un mínimo de regularidad y adherencia.

El primer paso quizás sea la educación en el dolor, o mejor dicho, en el no dolor. Es decir, romper el vínculo entre dolor y daño, pues lo primero no siempre significa lo segundo, al menos no cuando hablamos de dolor crónico persistente. Es bien cierto que el dolor nos protege, es una respuesta de supervivencia, pero a veces nos juega malas pasadas y nos paraliza. Este es un fuerte motivador para el aprendizaje, bueno y malo, y la respuesta a la aparición repetida del mismo evento doloroso aumenta cuando los riesgos de daño son altos (sensibilización) y disminuye en ausencia de tales riesgos (habituación). Por eso hay que romper con ese vínculo de dolor-evitación; hay que buscar la mejora sostenible. Se han desarrollado tratamientos conductuales basados ​​en la exposición gradual que comparten el objetivo de facilitar o restaurar la búsqueda de objetivos de vida valorados individualmente ante el dolor persistente. Aunque estos han demostrado ser efectivos, todavía hay espacio para mejoras adicionales, lo que puede requerir un cambio de paradigma hacia enfoques más personalizados.

Tanto fisioterapeutas como entrenadores personales, cada uno en su parcela correspondiente y, a poder ser, coordinando y solapando las intervenciones, hemos de ser facilitadores de un contexto de seguridad con respecto al movimiento y ayudar a la persona que tenemos delante a cambiar las creencias limitantes, informando y derribando esas barreras. Pues “el mayor enemigo de las personas con dolor crónico son sus propias creencias acerca del dolor”. Es muy importante —es clave— la pedagogía del profesional ante personas con dolor crónico. Como profesionales del ejercicio físico y la salud, debemos trabajar la actitud, debemos cuidar nuestro vocabulario y nuestro lenguaje no verbal. Debemos entrenar la escucha activa, la empatía, y también la asertividad; observar patrones de movimiento defectuosos y trabajar en pro de la calidad de los movimientos. Debemos ayudar a que la persona reduzca sus miedos, la evidencia creíble de peligro, y que gane en confianza, aumentando la evidencia creíble de seguridad.

En mi opinión y experiencia, y en base a los artículos compartidos (1, 2), hay que desprenderse de los contextos de dolor, es decir, ciertas clases grupales donde todo gira entorno a hacer movimientos suaves, a hablar constantemente sobre el dolor, de medicamentos para el dolor, de terapias para el dolor, etc. Estes no son un buen escenario si lo que quieres —y necesitas— es cambiar tus creencias y conductas, y mejorar tu rendimiento físico. Sí, rendimiento físico: mejorar la fuerza y resistencia muscular, el fitness cardiorrespiratorio, la confianza, la autoestima…

Mediante el entrenamiento personal, y como profesionales del ejercicio físico y la salud que queremos ayudar a que las personas con algún tipo de lesión o dolor crónico vayan construyendo un tipo de resiliencia tanto física como psicológica en su personalidad, para recuperarse con garantías de las disfunciones o alteraciones presentadas, es preciso comunicar adecuadamente para no caer en la sobrestimación que puede darse acerca de los ejercicios suaves y la retroalimentación negativa que pudieran recibir, quizás perpetuando con ello su lesión y dolor asociado.

Un buen entrenador sabe cómo hacer que una persona —cualquier persona— sea cada vez más fuerte, mientras mantiene las lesiones a raya.

Entrenamos para la vida!
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Referencias:

(1) OKeeffe M, et a. Br J Sports Med. 2019 Oct 19. pii: bjsports-2019-100780. Cognitive functional therapy compared with a group-based exercise and education intervention for chronic low back pain: a multicentre randomised controlled trial (RCT). https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/31630089

(2) Johannes W Vlaeyen and Geert Crombez. Annu Rev Clin Psychol. 2019. Behavioral Conceptualization and Treatment of Chronic Pain. https://www.researchgate.net/publication/336702762_Behavioral_Conceptualization_and_Treatment_of_Chronic_Pain

Programa Integral de Tratamiento para el Dolor de Espalda

El dolor de espalda crónico inespecífico es un problema común dentro de la población y se caracteriza por un alto impacto social, económico y personal. A pesar de la presencia bien documentada de anomalías en el procesamiento nociceptivo central en este tipo de pacientes, la implementación de este conocimiento en la práctica clínica es casi inexistente.
Este documento proporciona el protocolo de tratamiento utilizado en un gran ensayo controlado aleatorio que tuvo como objetivo evaluar la eficacia de un enfoque moderno de neurociencia en comparación con la fisioterapia basada en la evidencia de atención habitual. Este programa integral de tratamiento de la neurociencia del dolor combina la educación de la neurociencia del dolor y la terapia de ejercicios que pretenda normalizar las alteraciones centrales abordando las disfunciones del sistema nervioso central, los factores psicológicos, así como las disfunciones periféricas, en un marco más amplio orientado biopsicosocialmente (Malfliet A, et al. Braz J Phys Ther. 2017. Applying contemporary neuroscience in exercise interventions for chronic spinal pain: treatment protocol. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5628368/).

Qué protocolo siguen en este estudio?
   1. Educación en Neurociencia del Dolor (END).

   2. Ejercicio Físico dividido en dos fases:
  • Fase a: Entrenamiento con ejercicios de control motor.
  • Fase b: Entrenamiento con ejercicios dinámicos y funcionales.
Los tratamientos efectivos para el dolor espinal crónico son esenciales para reducir los altos costos personales y socioeconómicos relacionados. La educación en neurociencia del dolor combinada con entrenamiento de control motor dirigido a la cognición parece ser más efectiva que la fisioterapia de mejor evidencia actual para reducir el dolor, reduciendo los síntomas de sensibilización central y discapacidad, mejorando la funcionalidad mental y física, así como las cogniciones del dolor en individuos con dolor espinal crónico (Malfliet A, et al. JAMA Neurol. 2018. Effect of Pain Neuroscience Education Combined With Cognition-Targeted Motor Control Training on Chronic Spinal Pain: A Randomized Clinical Trial. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/m/pubmed/29710099/).

Entrenamos para la vida!