martes, 31 de diciembre de 2013

Ante la adversidad: Inteligencia y Fuerza!

Una leyenda oriental cuenta como un rey, para explicarle a su hijo la importancia de la serenidad, enfrentada al poder y la astucia, organizó un concurso de pintura con dicho concepto como motivación y con la orden estricta de que no se desechara ningún cuadro. Entre los recibidos, uno despertó las burlas de los encargados del concurso, ya que mostraba unas nubes de tormenta y un mar encrespado ante un acantilado. Al llegar el momento de otorgar el premio, el rey contemplaba las obras, todas ellas llenas de cielos serenos y paisajes luminosos. Aburrido, de pronto vió, en una esquina de la sala, uno que le llamó la atención. Y era el que mostraba la tormenta. El rey se acercó, lo observó con detenimiento y exclamó entusiasmado que era el ganador. Los responsables del concurso intentaron hacerle cambiar de opinión, a lo que el monarca les señaló que no lo habían visto bien. Y era cierto. Contemplado de cerca, en el cuadro aparecía, en medio de aquella gran tormenta, un pájaro dándole de comer a su polluelo en el nido, ajeno al caos que le envolvía. Eso era lo que el rey ansiaba enseñarle al príncipe. “La serenidad no surge de vivir en las circunstancias ideales como reflejan los otros cuadros con sus mares en calma y sus cielos despejados. La serenidad es la capacidad de mantener centrada tu atención, en medio de la dificultad, en aquello que para ti es una prioridad”, explicó el rey.