domingo, 15 de enero de 2017

"Cuando aceptamos nuestros límites, vamos más allá de ellos".

En esta ocasión quisiera exponer uno de los casos que más me llena, no solo como Entrenador Personal, sino sobretodo como persona. Quizás de los que más me ha enseñado en estos doce meses que llevamos juntos —y espero sean muchos más—.

Se trata de una persona, de unos cuarenta años, con un 42% de discapacidad por parálisis cerebral infantil, con afectación de los nervios periféricos de MMII, que cursa con hipertonía tipo piramidal. Presenta una alteración motora, manifestándose con deambulación o marcha asimétrica (con claudicación unilateral), tipo espástica o en tijeras. Además tiene limitada la visión del ojo izquierdo, monocular al 10%.

En su día fue diagnosticado de acortamiento, por espasticidad, del tendón de Aquiles. De este último, se sometió a diversas cirugías para alargamiento tendinoso, pero sin un resultado satisfactorio, a priori —una y otra vez se producía la retracción—, con lo que se decidió desistir de más intervenciones quirúrgicas…

* Aquí podría hacer una pequeña reflexión al respecto, incluso sería plausible una crítica a las decisiones tomadas por los sanitarios, pero tendré mis reparos en hacer tal cosa, pues, en primer lugar, no soy quien para hacerlo —no me corresponde esa labor—, en segundo lugar (y mucho más importante), desconozco el contexto y, por último, y relativo a este, los conocimientos y avances en el tratamiento médico y fisioterápico, en este tipo de neuropatologías, han avanzado ostensiblemente (aunque no lo suficiente), con lo que es justo tenerlo en cuenta, para no caer en la crítica fácil de manera retrospectiva. Así que, quiero creer, que lo hecho hasta entonces, ha ayudado a lo conseguido de un año al presente. Prosigo…

Desde pequeño hizo mucha rehabilitación, tanto con médicos como con fisioterapeutas, en casa, continuándolo hasta la adolescencia. Además de natación y actividad en sala de musculación en varios gimnasios de la ciudad, siempre ha intentado mantenerse lo más activo posible en su vida diaria; pero es la primera vez que cuenta con los servicios de un Entrenador Personal en sensu stricto.

Empezamos hace un año, y según sus propias palabras, “jamás había conseguido tanto en tan poco tiempo” —parece de anuncio, muy de mercadotecnia para mi gusto, pero es justo apuntarlo—. También me parece justo mencionar que nunca había seguido ningún tipo de planificación del ejercicio; no le habían hecho una valoración física postural y artromuscular previa (estática y en movimiento); no habían adaptado ningún tipo de ejercicio (programa) a sus necesidades motrices; no tuvo ningún tipo de seguimiento ni control de su evolución en el tiempo. Todos esos noes se convirtieron en síes desde hace un año, cuando nos conocimos —y también lo considero justo anotarlo, pues a veces a algunos, desde fuera, les podrá parecer que la función de un entrenador personal es contar series y repeticiones, controlar los tiempos y darle conversación a la persona, contando algún chiste de vez en cuando, sin saber todo el trabajo y estudio que hay detrás, y NO, en mi caso no, y me consta de que ningún compañero de profesión, digno de dedicarse a ello, está para eso —aquí, cada cual, que reflexione y haga autocrítica—.

Dicho esto, a continuación trataré de sintetizar el trabajo que venimos haciendo en este tiempo y las mejoras vistas, adjuntando las gráficas pertinentes.

Al hacer la valoración inicial, y en las sucesivas sesiones, pudimos observar y anotar varias cosas:

  • Patrón respiratorio alterado (le cuesta mantener ritmo y cierta regularidad en la frecuencia). 
  • Limitación en la disociación lumbo-pélvica y lumbo-torácica. 
  • Movilidad articular de hombros limitada con una significativa anteriorización. 
  • Molestias hombro izquierdo (plausiblemente supraespinoso). 
  • Dificultad para mantener el tronco derecho (columna en zona neutra), presentando una excesiva curvatura dorsal en posición sedente (actitud cifótica). 
  • Acortamiento de aductores del muslo y rotadores internos de la cadera. 
  • Dificultad para mantener el equilibrio unipodal. 
  • Pisada en equinovaro con excesiva rotación interna (también confirmada en la forma de gastar las zapatillas). Dependiente del tipo de marcha neuro-patológica asociada. 
  • Falta de coordinación motora en ciertos movimientos, especialmente globales. 
  • Sentadilla con colapso frontal en valgo, con hiperpronación y tendencia a la rotación interna del pie. 
  • Hipertonía en flexores plantares del pie (gastrocnemio, sóleo, etc.). 
  • Entre otras disfunciones neuromotoras asociadas. 

* Conviene señalar que, al observar las limitaciones funcionales dadas, con ROM articular visiblemente reducido o inferior a lo “normal”, y teniendo en cuenta el tipo de discapacidad infantil, el término “normal”, adquiere otra dimensión distinta.

Acto seguido realizamos estiramientos base (asistidos en algunos casos) de la musculatura más acortada (pectoral, cuádriceps, isquiosurales, pelvitrocantéreos, etc.), con ciertos ejercicios de liberación miofascial, en su caso. Luego incluimos un calentamiento aeróbico seguido de ciertos movimientos de movilidad articular general.

A continuación comenzamos un trabajo de corrección postural y control propioceptivo. Estos los realizamos todos los días y como prioridad al principio de la unidad de entrenamiento, después del calentamiento —los hemos ido progresando en dificultad, pero sin perder la simplicidad de los mismos—. Asimismo, hemos ido asimilando un trabajo postural diario (aplicado fuera del gimnasio), con “deberes para casa” y el trabajo.

—En cierta medida, siempre me ha rondado en la cabeza si se podría corregir o mejorar la marcha… Se aprecia ligera mejora: aquí es donde quiero seguir insistiendo, pues, pero sabiendo hasta dónde podemos llegar—.

Realizamos ciertos movimientos de manera muy controlada, p.ej. usando bandas elásticas (entre otros) contra abducción (activar fibras glúteo) para corregir el valgo de rodillas con rotación interna presentado; trabajando la rotación externa de cadera, viéndose mejorada, significativamente, la correcta alineación de cadera, rodilla y pie.

Desde un principio prescribimos ejercicios muy analíticos para las molestias del hombro —las cuales remitieron en su totalidad a las siete semanas—. El fortalecimiento de la musculatura de la espalda (erectores espinales, musculatura escapular, etc.), con una relación positiva entre ejercicios de tracción horizontal y vertical con respecto a los de empuje en MMSS (usando distintos ángulos y agarres en los respectivos mesociclos), así como la extensión torácica y rotadores externos, han sido los pilares para una mejorada actitud tónico-postural.

Posteriormente, y de manera concomitante, añadimos ejercicios más globales, en distribución global (cuerpo completo), en una primera fase, y distribución dividida con progresión horizontal (por series), al completar esta primera etapa de acondicionamiento físico. La frecuencia es de tres días semanales, en la mayoría de los casos. Trabajo cardiorrespiratorio (aeróbicos) dividido en dos bloques, los cuales hemos mantenido casi el mismo volumen pero modificando intensidades. Los entrenamientos duran entre 50 y 75’.

Todas las sesiones han estado supervisadas con instrucción directa durante todo el entrenamiento. Hemos llevado un registro diario de cada unidad de entrenamiento y los respectivos mesociclos, los cuales muestran una ganancia importante de fuerza en todos los grupos musculares. Además, y quizás mucho más importante, se nota más ágil, con mayor destreza, con mayor autoestima y más motivado.

Paralelamente a los objetivos descritos, otros de los focos de atención versaban sobre mejorar la composición corporal, entre ellos, reducir circunferencia de cintura, peso y grasa corporal, y aumento de masa muscular. Con lo que, en lo tocante a la alimentación, aunque en los primeros meses no definimos ningún tipo de dieta concreta, sí indicamos una serie de pautas nutricionales (comida real, evitar procesados, beber más agua, masticar bien, etc.) que, a la postre, se han ido convirtiendo en los pilares donde sustentar una planificación nutricional tipo. Ha sido a partir del segundo semestre donde nos hemos ido acercando a esto. No obstante, se han presentado apodícticas dificultades derivadas de horarios y ubicación, entre otras —p.ej.: la combinación de alimentos en los menús de ciertos restaurantes o ambigús no son los más adecuados—. En este punto seguimos buscando la mejor opción dentro de las posibilidades. Y, aunque quepa mencionar su disposición y esfuerzos para seguir mejorando, aún se resiste a llevar la comida preparada de casa en los táperes, por ejemplo.

Si bien, en este tiempo hemos conseguido mejorar su composición corporal:
  • Equilibrio muscular y postural 
  • Mayor hipertrofia 
  • 8 cm menos de circunferencia de cintura 
  • 7 kg menos de peso corporal 
  • Etc. 

Los objetivos para los próximos meses serán mantener lo conseguido hasta la fecha y desde ahí seguir reduciendo perímetro cintura y grasa corporal asociada. Para ello usaremos ejercicios más avanzados —con mayor volumen e intensidad—, y estrategias nutricionales afines.



 
 
 
 


P.S.: Al igual que manifesté en los anteriores casos descritos, hay ciertas limitaciones en las herramientas y métodos utilizados para hacer las mediciones. Pero, al no contar con otras más avanzadas y rigurosas, considero que estas nos pueden valer de referencia para seguir avanzando.

Adenda: Ya para terminar, soy consciente de que esta, y otras exposiciones similares, contienen ciertos tecnicismos difíciles de entender para quien no conozca estos términos. Pero, aún a sabiendas de ello, espero que estos textos sirvan de aliciente a muchas más personas con unas mismas condiciones —u otras—, para iniciar o retomar la actividad física y los buenos hábitos alimentarios, confiando, a ser posible en el asesoramiento (planificación, conocimientos, formación, experiencia, etc.) y trabajo de un Entrenador Personal competente o de cualquier otro profesional de la salud. Y, especialmente, confiando en ti mism@, manteniendo una regularidad, constancia y paciencia —a largo plazo— para perseverar en todo lo que te propongas.

Muchas gracias a quien lo está haciendo posible.

Seguimos trabajando…