jueves, 22 de febrero de 2018

Pensemos por nosotros mismos...

Sabéis cuál considero yo que sería el ideal de salud de una comunidad? —y digo comunidad pero con potenciales extrapolaciones a toda la población mundial—, que cada persona supiera hacerlo por sí mismo. Que cada uno ejerciese su responsabilidad de autocuidado. Que ya desde primaria se enseñase en los colegios a entrenar, a cocinar, a relacionarse con la naturaleza, a nutrirse..., a no solo medir nuestra capacidad intelectual, sino a saber usarla para la vida.

Si, lo sé, desaparecerían muchos trabajos, de qué viviríamos si todo el mundo supiese lo que tiene que hacer? Bueno, no tengo la respuesta, sin embargo, vemos a un número elevado de Médicos, Fisioterapeutas, Nutricionistas, Preparadores Físicos, y demás profesionales de la Salud, que no predican con el ejemplo, que jamás practicaron ni sintieron lo que venden: hacer ejercicio, comer saludable; o que llevan poco tiempo, y ya pretenden darle lecciones a los demás. Cada uno dice que lo suyo es mejor, “la mejor formación”, dicen, “este es el mejor método”, “lo antiguo ya no vale”, no se dan cuenta de que eso no significa nada, de que la realidad es otra, de que otros anteriores a nosotros ya alcanzaron a ir más allá en su visión de la realidad, en su reflexión profunda, mucho más de lo que ahora hacemos —cómo vamos a reflexionar si nos estamos explotando a nosotros mismos; si para reflexionar hace falta tiempo?—. Nos podemos remontar a los epicúreos griegos, a los estoicos…, a filósofos como Platón hace más de dos mil años. Todos los errores y aciertos del pasado nos han hecho estar donde estamos, nos apoyamos en eso para seguir avanzando, no lo olvidemos, no lo denostemos. No nos creamos sabedores de la verdad, no tratemos a los demás como inferiores. No le digamos a nadie lo que tiene que hacer, no de manera imperativa.

Me cansa tanto paternalismo arrogante; me cansa tanto marketing del miedo; siento vergüenza, propia y ajena, por el nivel de estulticia que estamos alcanzando. Como diría Escohotado, “un poquito de coraje, honremosnos a nosotros mismos”. Que cada uno sea dueño de sus propias decisiones. Siempre y cuando no afecte a los demás, que cada cual haga lo que le venga en gana. Eso sí, cuidando su salud, respetando ciertos límites, pues no es solo la salud propia, vivimos en comunidad, compartimos ciertos servicios por los que, en mayor o menor medida, pagamos todos, no abusemos de ello.

Como profesionales, solo podemos informar a los demás de que hay mejores maneras de hacer las cosas. De que hay ciencias incipientes, como las del ejercicio físico y la salud —la ciencia del entrenamiento—, que pueden ayudar, sobremanera, a mejorar la salud y la calidad de vida. Sirvamos como ejemplo a nuestro entorno familiar, de amigos y de vecinos, pero no impongamos nada.

Ejerzamos la valentía de hacernos autónomos colaborativos, solidarios, y contagiárselo a los demás. Está en nuestras manos educar en la libertad o en la docilidad, en la inteligencia o en la torpeza, en el razonamiento o en la doctrina. Pensemos por nosotros mismos.


sábado, 17 de febrero de 2018

Suelo Pélvico

Llevo algo más de dos semanas revisando la literatura científica al respecto de la disfunción del suelo pélvico o perineal, por motivo del entrenamiento personal que voy a llevar a cabo con una chica que tiene un Prolapso de Órganos Pélvicos, entre otras alteraciones.

Después de analizar más de treinta estudios científicos y de textos afines de profesionales como Kari Bø, Lene Haakstad, Jenny Burrell, Liliana Stüpp, Rolf H. Hagen, Kathryn L Burgio, Doreen McClurg, Siv Mørkved, Ingeborg Hoff Brækken, Katy Bowman, Marcel Caufried, Bernadette de Gasquet, Paul Hodges, Blandine Calais Germain, Antonio Meldaña Sánchez, J. M. Pena Outeitiño, Lidia Romero Gallardo, Laura Rojas, Sandra Ledo, Saúl Martín-Rodríguez e Ibai López, entre otros, puedo concluir lo siguiente:

Cuando existe una alteración de la funcionalidad de la musculatura del suelo pélvico, suele haber diversas causas: de tipo hormonales, obstétricas, traumatológicas, quirúrgicas, etc.

A nivel de ejercicio, está bien documentado en la literatura científica que los ejercicios de “Kegel” o de contracción voluntaria de la musculatura del suelo pélvico o perineal, deben ser la primera línea de actuación para los prolapsos de órganos pélvicos, siendo mucho más efectivos si hay una instrucción y supervisión adecuadas. Pero estos ejercicios no son la única y definitiva forma de tratamiento, no llegando a ser suficientes para dar solución a dichas disfunciones.

Se torna necesario ir estimulando los distintos grupos musculares, atendiendo a la tonificación y funcionalidad de la musculatura glútea y pelvitrocantérea, a los cuádriceps e isquiosurales, así como a toda la faja lumbo-abdomino-pélvica, erectores espinales, paravertebrales, musculatura dorsal y periescapular, sin olvidarnos de la musculatura pectoral, deltoidea y braquial, entre otros. Pues todos los músculos, fascias, ligamentos y nervios trabajan en sinergia, formando parte de una cadena biomecánica y con respuestas fisiológicas al movimiento.

En un primer momento, bajo prescripción facultativa y supervisión de personal sanitario, se debería proceder a un análisis electromiográfico para comprobar la actividad neuromuscular del periné y, dependiendo de la valoración, incluir la aplicación de electroestimulación perineal. Además, existen ciertos dispositivos que, bien usados, pueden ayudar a mejorar de las disfunciones por incontiencia, prolapso o disfunción sexual. Por ejemplo: bolas chinas, conos vaginales, pesarios, etc. Aquí, se debería realizar un trabajo específico, mediante una progresión lógica que, en la medida de lo posible, ayude a recuperar el tono y funcionalidad de la musculatura y tejidos perineales.

En una segunda fase, se trabajará con ejercicios muy analíticos, de coordinación y control motor, realizados en posiciones de baja carga, con el objetivo de inducir adaptaciones neurofisiológicas, especialmente mediante la facilitación selectiva en la activación de la musculatura profunda. 
Aquí sería interesante incluir ejercicios que faciliten la hipopresión o hipocompresión perineal, en diferentes planos, incluso en declinados, donde se pueda estar a favor de la gravedad.
Lograr una adecuada capacidad de disociación y control lumbo-pélvico, así como una óptima lordosis fisiológica o zona neutra en cualquiera de las posiciones de carga y planos del movimiento, serán objetivos prioritarios.

Seguidamente, en incluso de manera paralela a la anterior, el trabajo irá orientado a seguir mejorando la fuerza y resistencia, así como la coordinación intra e intermuscular de la musculatura asociada, continuando, en tiempo y forma, con tareas más complejas e intensas, siendo capaz de mantener una tensión adecuada y una respiración afín, mientras se realizan los ejercicios propuestos y las tareas de la vida diaria. El objetivo final será progresar hacia sesiones de entrenamiento globales, mejorando la condición física general.

Este protocolo lo seguiremos siempre y cuando se realicen los ejercicios con facilidad y sin dolor. Este bloque de trabajo se hará todos los días como parte del calentamiento.

Se aconseja aprender a escuchar al cuerpo. Nadie mejor que uno mismo sabrá identificar cuando un ejercicio o actividad puede ser agravante y cuales alivian los síntomas del prolapso.

Sería recomendable que el trabajo que se haga en el gimnasio vaya coordinado con el de fisioterapia y/o con el de la matrona, en su caso.



BIBLIOGRAFÍA: 



- Postural and respiratory functions of the pelvic floor muscles. 

Hodges PW, et al. Neurourol Urodyn. 2007 

http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/nau.20232/abstract;jsessionid=DCCF0A68CB9CC899C1CD0EBEB01D743A.f03t01 


- Can hypopressive exercises provide additional benefits to pelvic floor muscle training in women with pelvic organ prolapse? 

Resende AP, et al. Neurourol Urodyn. 2012 

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22038880 


- Effects of Diaphragmatic Breathing Patterns on Balance: A Preliminary Clinical Trial. 

Stephens RJ, J Manipulative Physiol Ther. 2017 

http://www.jmptonline.org/article/S0161-4754(16)30166-X/fulltext 


- The efficacy of pelvic floor muscle training for pelvic organ prolapse: a systematic review and meta-analysis. 

Li C, et al. Int Urogynecol J. 2016 

https://link.springer.com/article/10.1007%2Fs00192-015-2846-y 


- Quantification of lumbar stability by using 2 different abdominal activation strategies. 

Grenier SG, et al. Arch Phys Med Rehabil. 2007. 

http://www.archives-pmr.org/article/S0003-9993(06)01422-5/fulltext 


- Pelvic floor muscle training for secondary prevention of pelvic organ prolapse (PREVPROL): a multicentre randomised controlled trial. 

Hagen S, et al. Lancet. 2017 

http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(16)32109-2/fulltext 


- Motor control exercises of the lumbar-pelvic region improve respiratory function in obese men. A pilot study. 

Bezzoli E, et al. Disabil Rehabil. 2018 

http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/09638288.2016.1244292 


- Physical activity and the pelvic floor disorders. 

Nygaard IE, Shaw JM. Am J Obstet Gynecol. 2016 

http://www.ajog.org/article/S0002-9378(15)01015-7/fulltext 


- Is abdominal hypopressive technique effective in the prevention and treatment of pelvic floor dysfunction? Marketing or evidence from high-quality clinical trials? 

Saúl Martín-Rodríguez, Kari Bø. Br J Sports Med. 2017 

http://bjsm.bmj.com/content/early/2017/09/04/bjsports-2017-098046 


- Pelvic floor muscle training in treatment of female stress urinary incontinence, pelvic organ prolapse and sexual dysfunction. 

Bø K. World J Urol. 2012 

https://link.springer.com/article/10.1007%2Fs00345-011-0779-8 


- Can pelvic floor muscle training prevent and treat pelvic organ prolapse? 

Bø K. Acta Obstet Gynecol Scand. 2006 

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16553172 


- A comparison between stabilization exercises and pelvic floor muscle training in women with pelvic organ prolapse. 

Özengin N, et al. Turk J Obstet Gynecol. 2015 

http://cms.galenos.com.tr/Uploads/Article_10261/11-17.pdf 


- Pelvic floor muscle training as an adjunct to prolapse surgery: a randomised feasibility study 

McClurg D, et al. Int Urogynecol J. 2014. 

https://link.springer.com/article/10.1007%2Fs00192-013-2301-x 


- Can pelvic floor muscle training reverse pelvic organ prolapse and reduce prolapse symptoms? An assessor-blinded, randomized, controlled trial 

Brækken IH, et al. Am J Obstet Gynecol 2010 

http://www.ajog.org/article/S0002-9378(10)00250-4/abstract 


- Pelvic floor muscle training for treatment of pelvic organ prolapse: an assessor-blinded randomized controlled trial. 

Stüpp L, et al. Int Urogynecol J. 2011 

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21484362 


- Pelvic floor muscle training for pelvic organ prolapse 

Kathryn L Burgio. The Lancet. 2013 

http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(13)62372-7/fulltext 


- Progressive resistance exercise in the functional restoration of the perineal muscles. 

Kegel AH. Am J Obstet Gynecol. 1948 

http://www.ajog.org/article/0002-9378(48)90266-X/pdf



- The Musculo-Elastic Theory of anorectal function and dysfunction.

Petros PE, Swash M. Pelviperineology, 2008.

http://www.pelviperineology.org/ano_rectal_function/musculo_elastic_theory_of_anorectal_function_in_female.html

Defining Success After Surgery for Pelvic Organ Prolapse.

Barber MD, et al. Obstet Gynecol. 2009

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2904469/



- Long-term Outcomes Following Abdominal Sacrocolpopexy for Pelvic Organ Prolapse.

Nygaard I, et al., JAMA. 2013

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3747840/



- Mallas transvaginales en la reparación del prolapso de órganos pélvicos.

Paz Valiñas L, Macía Cortiñas M, López-García M. Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías y Prestaciones del SNS. Axencia de Avaliación de Tecnoloxías Sanitarias de Galicia; 2014.

https://www.sergas.es/gal/Publicaciones/Docs/avalia-t/PDF-2334-ga.pdf



- The Immediate Effects on Inter-rectus Distance of Abdominal Crunch and Drawing-in Exercises During Pregnancy and the Postpartum Period.

Mota P, et al., J Orthop Sports Phys Ther. 2015

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26304639


- 2014 consensus statement on improving pelvic floor muscle training adherence: International Continence Society 2011 State-of-the-Science Seminar.

Dumoulin C, et al. Neurourol Urodyn. 2015

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25998603



- Individualised pelvic floor muscle training in women with pelvic organ prolapse (POPPY): a multicentre randomised controlled trial. 

Hagen S. The Lancet. 2014 

http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(13)61977-7/fulltext 


- Postpartum pelvic floor muscle training and pelvic organ prolapse--a randomized trial of primiparous women. 

Bø K. Am J Obstet Gynecol. 2015 

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24983687 


- Tratamiento de la disfunción del suelo pélvico. 

Pena Outeiriño J.M., y col. Actas Urol Esp. 2007 

http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0210-48062007000700004 


- Pelvic Floor Muscle Training in Prevention and Treatment of Pelvic Organ Prolapse. 

Kari Bø and Ingeborg Hoff Bræken 

https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-88-470-1542-5_73 


- Exercise and pregnancy in recreational and elite athletes: 2016/17 evidence summary from the IOC expert group meeting, Lausanne. Part 4—Recommendations for future research 

Kari Bø et al. Br J Sports Med. 2016/17 

http://bjsm.bmj.com/content/early/2017/09/25/bjsports-2017-098387 


- Efficacy of hypopressive abdominal gymnastics in rehabilitating the pelvic floor of women: A systematic review. 

Ruiz de Viñaspre Hernández R. Actas Urol Esp. 2017. 

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/m/pubmed/29248338/?i=3&from=hypopressive 


- Exercise programs for the pelvic floor – evidence for an optimal program? 

Kari Bø. ICS Barcelona PT-Roundtable, 2013 

Kari_Bo__State_of_the_Art_Exercise_programmes_for_the_pelvic_floor._Is_there_evidence_for_an_optimal_program..pdf 


- From pelvic floor muscle training to functional training in women with urinary incontinence; bottom line solution for adherence? 

ICS-Tokyo, 2016 

https://www.ics.org/Workshops/HandoutFiles/000637.pdf


miércoles, 7 de febrero de 2018

La Fascia

Huesos, músculos, ligamentos, nervios, vasos sanguíneos, órganos, glándulas, fascias..., todos forman un todo: EL CUERPO, yendo mucho más allá en la idiosincrasia del SER.

En el caso de la fascia, podemos definirla como un órgano sensorial donde el estrés y la falta de movimiento tienen un efecto directo: una madeja de fibroblastos produciendo colágeno y ácido hialurónico que ayuda a la reabsorción de agua y mejora de la capacidad de lubricación y deslizamiento de la misma; interrelacionándose vasos sanguíneos y nervios por los que circulan impulsos nerviosos eferentes y aferentes. Una red biotenségrica donde se producen efectos mecánicos de transmisión y mecanotransducción.

Merece mucho la pena adentrarse en el conocimiento de las capas más profundas de lo visible, llegando a lo que no percibimos a simple vista —a nivel microscópico—, pero que aporta una explicación plausible a muchas de las dolencias crónicas. Es necesario que profundicemos mucho más en el significado y funcionamiento del tejido fascial, sus orígenes embriológicos, su relación con el movimiento, con los sistemas nervioso, endocrino, inmune…; aplicando el paradigma de biotensegridad a la cinestésica humana. Esto nos ayudará a ver las cosas con una mayor perspectiva y, desde ahí, ir introduciendo ciertas dinámicas en los entrenamientos que, junto a la escucha activa y empatía, a la educación en neurociencia del dolor y el enfoque biopsicosocial, y al control de las cargas progresivas de ejercicio —ENTRENAMIENTO— están dando muy buenos resultados.

Quizás, al principio, sea un poco complicado entender que nuestro cuerpo es un continuum, puesto que venimos de estudiar de manera esquemática un modelo mecanicista de la organización de las partes del organismo. Pero la expansión miofascial rompe con esa visión reduccionista y nos transporta a la comprensión de unidad —el organismo como un todo—, donde, por supuesto, anatomía y función son indivisibles. La sencilla complejidad de la ininterrumpida conexión corporal, donde alteraciones o lesiones en una parte del cuerpo, pueden afectar a zonas mucho más distales de la dañada. Resulta de una preocupante desorientación el tratar única y exclusivamente la zona del dolor, muchas veces es lo último que hay que tocar. Lo que sí hay que hacer es reorganizar patrones de movimiento, reeducar en higiene postural, respirar, relajarse…

Cualquier tipo de rehabilitación por parte del fisioterapeuta, cualquier readaptación que se lleve a cabo en un gimnasio, cualquier programa de ejercicio que diseñe un preparador físico, deberán ir impregnadas del enfoque biopsicosocial. No se entiende de otra manera, y hay que aplicarla de facto. Hay que educar en el NO DOLOR, desde el conocimiento, desde la sensibilidad y el respeto, pero con contundencia; escuchando, empatizando, pero con determinación.

El movimiento es esencial, y las alternativas, a veces complementarias, como el masaje y la acupuntura, son opcionales. El propio movimiento introduce mucha más dinámica en el tejido, ayudando a mejorar la actividad enzimática, por ejemplo. Puedes usar movimientos segmentales o movimientos globales; mono o multiarticulares; simples o complejos; y combinarlos todos entre sí. Pero MUÉVETE, y presta atención —atención cinestésica consciente—, y continuidad, perseverancia. Y así como la música es sonido y silencio: DESCANSA.

Puede pasar hasta un año para regenerar el tejido por completo. La clave está en la dosis correcta y en las adaptaciones que se irán produciendo.

Para qué entrenamos? Entrenamos para la vida!

jueves, 1 de febrero de 2018

Cualquiera puede hacerlo, solo que hay que hacerlo...

Hace unos meses me propusieron presentar mi trabajo en un congreso internacional. Desde entonces le estoy dando forma a tantos y tantos datos recogidos en los entrenamientos, en las valoraciones funcionales y en las antropométricas de perfil restringido, y de perfil completo, más actualmente. Es un arduo trabajo, sin embargo facilitado por mi obsesión por medir todo lo que se pueda medir —medir algo lo hace real, tangible, y eso ayuda a mejorarlo—.

Todos los datos que se puedan manejar en una planificación son indiscutiblemente importantes. Un Entrenador Personal los registra, valora, maneja y orienta a su entrenado para obtener lo mejor de su entrenamiento. Aunque no cabe duda de que la excelencia se consigue conociendo a la persona.

Papel y lápiz, números, observación, escucha activa, anotaciones y, sobre todo, movimiento —ENTRENAMIENTO—.

Si controlamos el proceso, podremos controlar, en cierta medida, los resultados, sabiendo de la importancia del cómo se consigan esos resultados. Para mejorar solo cabe medir. Y seguir mejorando es la única opción en la vida.

Sé del desafío que supone, puesto que se necesita, primeramente, pasar una serie de filtros por parte de un jurado. También de aplicar bioestadística, y en eso no soy muy ducho, aunque me gusta y estoy aprendiendo. También se exige justificar los resultados obtenidos, y argumentar las decisiones tomadas, entre otras condiciones dispuestas en las bases. Quizás no pueda llegar a tiempo para este año, quizás no pase los filtros, quizás se me venga grande un acontecimiento de tal magnitud, pero no tengo ni prisas ni ambiciones narcisistas o egocéntricas. Uno de mis principales anhelos es que cuanta más gente conozca lo que el ejercicio físico bien pautado, progresivo y constante, junto con una adecuada alimentación, principalmente, en lo que nos ocupa en este caso, puede hacer por la salud psico-física de las personas. Mi misión es serle útil a los demás.

Sin ir más lejos, en las imágenes comparto el seguimiento (imágenes 1, 2, 3, 4, 5) de una persona, de unos 60 años, a la que entreno desde hace unos dos años (90 semanas para ser más preciso). Adjunto los protocolos de ejercicio usados (imagen 6), así como de alimentación (imagen 7).

Sus objetivos principales eran, por un lado prevenir problemas de espalda, tratar una fascitis plantar que no cesaba, y regular sus niveles de lipoproteinas en sangre. Y por otro, mejorar su composición corporal, su estética física, verse bien, que no es poco, con todo lo que ello conlleva.

Lo que ella desconocía al principio es que el trabajo de musculación, el entrenamiento de la fuerza y función neuromuscular, usando los ejercicios adecuados cuando proceda, con el adecuado estímulo del complejo neuro-músculo-esquelético, juegan un rol crítico a nivel fisiológico. Y los beneficios derivados de dicha intervención saltan a la vista, aunque a veces, nuestros ojos no sean capaz de percibirlos. Lo verdaderamente importante es lo que nos pasa por dentro.

Seguimos trabajando…