lunes, 1 de septiembre de 2014

Ritmo Circadiano

El cuerpo humano es una intrincada madeja de ritmos que se producen a diferentes niveles de tiempo, desde los ciclos menstruales hasta el ritmo respiratorio y cardíaco, que se mide en inspiraciones y latidos por minuto, e incluso los diez escalofríos por segundo que constituyen la acción de tiritar. La mayoría de los sistemas internos del cuerpo humano están regidos por ritmos circadianos, ciclos de un día de duración que llegan a un punto máximo cada veinticuatro horas. Para cada individuo hay un momento del día en que su temperatura es más baja y el latido de su corazón más lento. La glucemia, la actividad glandular, el metabolismo, la división celular, la sensibilidad a las medicinas y muchas otras cosas varían de acuerdo con ciclos predecibles de veinticuatro horas. Algunas personas trabajan mejor por la mañana, mientras que otras están más avispadas por la noche, porque sus sistemas corporales alcanzan su punto máximo de eficiencia a esas horas. No es sorprendente que los períodos de actividad e inactividad sean paralelos a otros ritmos del organismo y sigan también un ciclo de un día de duración.

Existen ritmos biológicos en cada uno de los escalones de la evolución, desde la ameba hasta el hombre, así como en las plantas. Varían para cada especie, y dentro de cada una de ellas para cada individuo; pero para un mismo individuo son muy regulares y característicos. Más aún, si se aísla una sola célula del cuerpo, se podrán detectar en ella ritmos circadianos, lo que evidencia que los factores biológicos que diferencian a una persona de otra comienzan a nivel celular.

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