lunes, 25 de agosto de 2014

Respeto y tolerancia para con nuestros semejantes

La mayoría estamos repletos de ideas irracionales que distorsionan nuestra realidad. No sólo es cierto que no podemos controlar nuestro entorno, por más que pensemos que una vez alcanzada la estabilidad (ya sea material, afectiva, etc.), todo el trabajo estará hecho, ya que esta estabilidad es irreal.
La vida es cambio continuo y nada es fijo o permanente. Es necesario que esto lo tengamos claro y que no intentemos aferrarnos a nada de nuestro presente, pensando en que siempre estará ahí.
Por otra parte, es algo común el que veamos a nuestros seres más cercanos “equivocándose” según nuestro parecer y nos frustremos y no comprendamos porqué tal o cual persona toma una decisión concreta. Sin embargo, aunque uno vea que una persona a la que ama, ya sea la propia pareja, los hijos, familiares o amigos, se equivoca o está yendo por un mal camino, lo único que podemos hacer es darle nuestro consejo si nos lo pide y estar atentos por si necesita nuestra ayuda. Pero cada cual debe vivir su propio camino y cada cuál deberá asumir las consecuencias de sus actos y responsabilizarse de ellas.
Al igual que para nosotros puede ser incomprensible cómo actúan los demás, para ellos también puede ser ilógico nuestro comportamiento. Hay que ser respetuoso y tolerante con nuestros semejantes y dejarles tomar sus decisiones, aunque quizás no sean las más acertadas desde nuestra óptica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario