viernes, 26 de abril de 2019

Se trata de ENTRENAR!

Bajo mi punto de vista, si un cliente o persona a la que entrenamos, llega a una sesión de un supuesto entrenamiento sin saber lo que va a hacer, deja de ser un entrenamiento —y uno deja de ser entrenador—. Otra cosa podrá ser en casos donde exista una imprevisibilidad inherente a un deporte o actividad concreta, pero el entrenamiento siempre deberá apelar a una serie de principios inalienables.

Por cierto, sabemos lo que significa autodenominarse Entrenador? No será que te refieres a cansador, (mal)motivador, entretenedor, sudador...
Soy más partidario de enseñarle a esa persona cómo tiene que entrenar para conseguir sus objetivos —o simplemente por hacerlo bien— con una continuidad y planificación. Es decir, acercar la ciencia a la práctica —practicar ciencia, me parece una expresión más correcta—. Así mismo, uno de los objetivos del Entrenador Personal debería ser la autodeterminación de su entrenado —empoderar—. Una vez alcanzado esto, que no siempre se logra, pues hay personas que se sienten más cómodas o seguras con la compañía y supervisión constante del entrenador, por ejemplo en casos de lesiones o ciertas patologías, o porque sí; o también quien lo deja por diversos motivos —la nefasta tasa de abandono—, no teniendo una continuidad necesaria, por falta de adherencia o por los motivos que sean; se debe hacer un seguimiento periódico cada determinadas sesiones o semanas, respetando los principios fisiológicos del entrenamiento”.
Así, todos los datos que se puedan manejar en una planificación son indiscutiblemente importantes. Un Entrenador Personal los registra, valora, maneja y orienta a su entrenado para obtener lo mejor de su entrenamiento. Aunque no cabe duda de que la excelencia se consigue conociendo a la persona. Pero claro, para ello hay que valorar, observar, escuchar, planificar, programar, periodizar, y volver a evaluar, sino iremos a ciegas.

Se dice, que si se controla el proceso, se podrá controlar, en cierta medida, los resultados, sabiendo de la importancia del cómo se consigan esos resultados. Para mejorar solo cabe medir. Y seguir mejorando es la única opción en la vida, no?
Papel y lápiz, números, observación, escucha activa, comunicación, anotaciones y, sobre todo, movimiento —ENTRENAMIENTO—.

No se trata de entrenar duro, se trata de entrenar bien, de dosificar. Se trata de ENTRENAR.
Ahora bien, démonos una vuelta por cualquier gimnasio o centro deportivo para comprobar qué se hace realmente?
  • Se anuncian servicios de Entrenamiento Personal —está de moda!—. Pero nada más lejos de la realidad. Por algo más de precio al mes tienes entrenador personal. Claro, pero el gimnasio se lleva un 70% y el entrenador —el trabajador— un 30%. Obviando datos económicos: los técnicos o entrenadores están capados. Bajo el yugo de la gestión de los centros, empresas cuyo principal objetivo es la solvencia económica —los números—, los profesionales acatan órdenes y se les guía por el camino que tienen que seguir. Replican programas impresos por un software comercial, siguen directrices casi siempre obsoletas y, al mismo tiempo, novedades que no han demostrado un grado de rigurosidad como para aplicar en los usuarios. Pero está de moda, y la moda vende... Y que a ningún entrenador de fuera —aún con su propio seguro de responsabilidad civil, alta en la Seguridad Social, y pagando religiosamente su abono diario o mensual— se le ocurra usar esas instalaciones donde ya tienen sus propios monitores, pues enseguida se le estará acusando de competencia desleal, y de estar aprovechándose de esas instalaciones para lucrarse. Parece importar más eso, que los beneficios que está recibiendo la persona entrenada.
Entrenadores, dais un valor añadido a los gimnasios, llevad la batuta; sabiendo y demostrando que lo importante es la persona, no un número de abonado. No caigamos en seguir las tablas que ya tienen preestablecidas en las instalaciones, ni en seguir las modas del marketing del humo. Esas pueden estar bien para el común de los usuarios, pero el dosificar en función de la persona, es lo que marcará la diferencia y hará que se consigan las respuestas y adaptaciones fisiológicas que realmente hagan mejorar su condición física.
Desde la ciencia y la experiencia práctica, somos los entrenadores los que tenemos que decir lo que hay que hacer!

“Una más”, “tú puedes”, “dale”, “vamos”, “no hay dolor”, etc. Son cosas que se suelen ver y oír en muchos ámbitos; casi siempre sacrificando la ejecución técnica, hipotecando al organismo! —recreando patrones cinesiológicos defectuosos que producirán adaptaciones defectuosas—, día a día, semana tras semana, meses, años…, por unas cuantas repeticiones más, o por unos pocos kilogramos más. Si más practicantes de cualquier deporte —y sus entrenadores— conociesen las premisas elaboradas en el “Modelo Cinesiopatológico” de la doctara Shirley Sahrmann, por poner un ejemplo, los trabajos de Kendall (Henry y Florence Peterson), y colaboradores; pasando por Karel Lewit, Vladimir Janda, y tantos otros que ayudan a entender de qué va esto del movimiento; así como la fisiología básica del entrenamiento, pues todos estaríamos hablando el mismo idioma. Porque, qué estímulo recibe lo que pretendemos? Vectores de fuerza? Carga? Efectividad? Seguridad? Si no es seguro ni efectivo? Qué es?

Más no siempre es mejor. Mejor es mejor! Se habla de huevos, claro, y de ovarios. Pero un campeón, en los términos que procedan, sobre todo habrá de tener cerebro —¡No brain, no gain!—. Diferenciar trabajar al límite, de trabajar en exceso: una fina línea que no conviene pasar. Molestias, rigidez, sobrecargas, contracturas neuromusculares, calambres, lesiones incipientes? Exceso de trabajo, quizás —mal trabajo, seguro—. Sin Salud no puede haber rendimiento!

Y la nutrición? Ay la nutrición! No me meteré en dietas —en estrategias nutricionales—, tampoco me explayaré enarbolando las diferencias entre alimentación y nutrición —solo saber que no es lo mismo comer que nutrirse—, o estaré escribiendo un mes entero, pero, sabíais que una gran parte de los suplementos que se consumen no sirven para nada? Ni los de los herbolarios, ni los de las farmacias, ni los de las tiendas de suplementación deportiva, ni los que te vende tu preparador —¿Broscience?—.

Suplementos? Qué suplen? Las carencias? 
Complementos? Qué complementan? Cuáles? Cómo lo sabes? Síntomas? Signos?
Efecto placebo, factor psicológico: pensar que sirve para algo podrá ayudarte a que sirva para algo. La fe mueve montañas!
Solo unos pocos han demostrado efectividad: proteína en polvo, creatina, cafeína, ciertos aminoácidos, algunas vitaminas, minerales y otros oligoelementos para momentos concretos, y poco más, “IOC consensus statement: dietary supplements and the high-performance athlete”. Ronald J Maughan, et al. Br J Sports Med. 2018. https://bjsm.bmj.com/content/52/7/439.

De verdad, que me da igual tú nivel. Con más razón, si usas EAA’s, GH, IGF-1, menos lo necesitas. Solo conseguirás hinchazón, inflamación, aún mayor trabajo hepático y renal; ah sí, y mear de colores. Pero antes de todo esto, lo más importante es atender a la biomecánica eficiente —hacer bien los ejercicios—. Y, casi nunca, habrá que complicarse con movimientos extravagantes y complejos. Más bien, cosas sencillas, simples, efectivas. Esta es la base!

Sí lo sé, no tengo ni p**a idea! No pasa nada, no es mi lucha. Solo trato de servir a los demás con lo que humildemente aprendo, y haciendo honor al sentido de la responsabilidad. Además, en catorce años trabajando, es desde la autocrítica donde he ido mejorando. Un ejercicio diario que, a veces, cuesta asumir, pero que resulta muy gratificante. Cómo ver tú mundo si no sales de él? Para ver una realidad, hay que salir de ella!

Sí, también lo sé, quizás este divagando demasiado cuando mi intención sólo era escribir sobre la importancia de la programación del ejercicio, válgame la redundancia; en base a este buen estudio de Beatriz Bernabé, María Dolores González-Rivera, y Antonio Campos-Izquierdo, del INEF de Madrid, y publicado en la prestigiosa PLoS ONE, “The evaluation and planning method of Spanish sport and physical activity instructors: A comparative study across gender, age, level of studies and work experience”. https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0180228.

P.S.: es mi opinión, si no les gusta tengo otras...

No hay comentarios:

Publicar un comentario