viernes, 21 de diciembre de 2018

Los mitos se desvanecen: hacia una nueva realidad en el entendimiento y abordaje del dolor de espalda

Me emociono al leer este tipo de textos: estudios que hacen reblandecer las consignas de evitación y catastrofismo para el dolor de espalda. Lo siento a quien le pese, pero los mitos se desvanecen aunque haya quien siga insistiendo en lo absurdo. Yo hace tiempo que lo tengo claro: ante el dolor de espalda, y para la mayoría de patologías, hay que COGER PESOS, sí, es obligatorio, pero es necesario tener una buena musculatura que ayude a cogerlos. ¿Y cómo se gana musculatura? Pues sí, cogiendo pesos, con unas cargas determinadas (intensidad, volumen, densidad, frecuencia, etc.), y con una alimentación afín. No hay que tenerle miedo al MÚSCULO, es nuestro aliado —un órgano de primera magnitud—, y no solo para lucir en la playa…

Centrándome en los artículos de JP Caneiro, Peter O´Sullivan, y colaboradores, y valiéndose de una sesuda bibliografía de McGill, Nachemson, Moseley, entre otros, y a la que todo el mundo puede acceder si así lo desea para sacar sus propias conclusiones, postulan cómo las creencias sobre coger pesos con la espalda doblada, en flexión, son más perjudiciales que beneficiosas. Los autores utilizan los sinónimos de sesgos implícitos y sesgos explícitos, y exploran las correlaciones de estos con el miedo al movimiento —kinesiofobia—, y cómo la gente modifica su comportamiento natural al tener que coger pesos. Evaluation of implicit associations between back posture and safety of bending and lifting in people without pain. Caneiro JP, et al. Scand J Pain. 2018. https://www.degruyter.com/view/j/sjpain.2018.18.issue-4/sjpain-2018-0056/sjpain-2018-0056.xml

Por otro lado, otro artículo también publicado en la misma revista, la Scandinavian Journal of Pain, https://www.degruyter.2018.18.issue-4/sjpain-2018-0302/com/view/j/sjpain.sjpain-2018-0302.xml, por el profesor Jens Ivar Brox, y en referencia del primer artículo, expone lo que podríamos denominar como “la paradoja del leñador”. Hoy en día, los trabajos manuales de la industria forestal son reemplazados por grandes máquinas, y los problemas musculoesqueléticos no se han visto reducidos; no encontrándose diferencias para los trastornos de dolor lumbar entre los trabajadores que manejan las máquinas y los que trabajan manualmente. Así mismo, argumenta que la columna vertebral es una unidad fuerte y estable perfectamente adaptada para tolerar las actividades diarias. El raquis está formado por elementos fuertes como vértebras, discos, articulaciones, ligamentos y músculos. Las estructuras normalmente se degeneran durante la vida adulta y una actividad demasiado escasa o excesiva puede aumentar la degeneración. En ocasiones, la degeneración puede estar asociada con dolor y discapacidad, pero en general la asociación es débil.
De los estudios en los leñadores hemos aprendido que los muslos, los cuádriceps y musculatura sinérgica, y no la columna vertebral son el eslabón débil durante el trabajo físico duro, incluido el levantamiento. Además, las creencias de los proveedores de atención médica —médicos, enfermeros, etc.— sobre el levantamiento y la actividad física deben evaluarse mejor, en particular, cómo interactúan sus creencias con el asesoramiento y el tratamiento proporcionado. Se puede suponer que si la actividad física diaria se percibe como peligrosa, estas actividades se evitan. Tales creencias pueden influir en los períodos de baja y tener consecuencias económicas para la salud. ¡Sale caro creer en las mentiras!

Ya para completar la liberación mental que supone el último párrafo, sugiero encarecidamente la lectura pausada y con la mente serena de un estudio del 2013, publicado en la British Medical Journal, por un tocayo, Ivan B. Lin, titulado “Disabling chronic low back pain as an iatrogenic disorder: a qualitative study in Aboriginal Australians”. http://bmjopen.bmj.com/content/3/4/e002654. Puede que haya que leerlo dos o tres veces, pero este interesante estudio sobre el CLBP (Dolor Crónico de Espalda Lumbar), realizado con personas aborígenes de Australia, muestra evidencia del poder de la palabra, es decir, cómo lo que se dice por parte de la comunidad médica puede derivar en una sugestión social. Al influenciar o perpetuar creencias negativas, existe el potencial de que los profesionales de la salud tengan un impacto nocivo en el trastorno de sus pacientes. Estas creencias o percepciones erróneas alimentan el miedo al movimiento, potenciando la fragilidad y con ello la discapacidad.
El modelo biopsicosocial, esto es, una suerte de amalgama de influencias biológicas, psicológicas y socioculturales tienen un peso importante en el impacto socioeconómico de esta situación. Además, el fracaso de los enfoques biomédicos, atribuyendo dolor a la vulnerabilidad estructural y anatómica de la columna vertebral, a las pruebas de imagen radiológicas, y similares, para el cuidado de la lumbalgia crónica, es evidente.

El dolor de espalda es algo complejo, por supuesto. Pero la percepción que de ella se tiene debe cambiar; para ello, la educación es clave. El desafío para la comunidad médica, y todos los profesionales de la salud implicados, que trabajan con personas con dolor de espalda es mejorar la comunicación, influyendo positivamente en las creencias sobre el dolor lumbar y sus consecuencias futuras, aumentando la resistencia a la discapacidad.
Entonces, ¿es realmente peligroso levantar pesos con la espalda doblada? Pues parece ser que no; pero también puede ser que sí. Indudablemente habrá que hacer las matizaciones pertinentes para no caer en reduccionismos ambivalentes y desafortunados, que lo único que hacen es confundir a la población —profesionales incluidos—.
Lo que sí parece más peligroso es la expansión de ese tipo de creencias de que la espalda es débil, que hay que tener cuidado, que hay que levantar los pesos con la espalda recta, etc. Y no, la espalda (raquis, columna, etc.) no es débil, más bien todo lo contrario. No tengan miedo en coger pesos, pero cójanlos bien. Fortalezcan toda la musculatura y trabajen los gestos naturales del cuerpo, mejorando los movimientos para que sean lo más biomecanicamente eficiente posible. Se evitarán sustos!

Entrenamos para la vida!

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