jueves, 18 de enero de 2018

Qué hacemos? Entrenamos!

Casos Entrenador Personal (Readaptación Rodilla y Hombro).

Salvo excepciones, cada vez voy a intentar explayarme menos, y de manera menos técnica, en las memorias de casos de clientes de entrenamiento personal. Principalmente, por tratar de facilitar la comprensión lectora a quien no es muy ducho en terminología técnica, o a quien no tenga tiempo ni ganas en ponerse a leer los tostones que suelo escribir. Así que vayamos al grano…

Persona de unos cincuenta años con cefaleas recurrentes, algunas molestias a nivel lumbar de manera ocasional, una anterior epicondilitis en el codo del brazo derecho tratada con fisioterapeuta, y diagnóstico médico de condromalacia rotuliana bilateral, presentando dolor con mayor intensidad en la pierna derecha —bajo prescripción médico-facultativa se le recomendó “no realizar sentadillas ni movimientos específicos de cadena cinética abierta tipo máquina de extensiones de piernas y similares”.

Después de la entrevista inicial, nos citamos otro día para vernos en el gimnasio donde realizamos las valoraciones antropométrica y funcional, respectivamente. De la funcional podríamos resaltar, además del dolor en la rodilla:
  • Una apreciable hiperlordosis, quizás estructurada, fisiológica, inherente a la persona., no lo sé… 
  • Movilidad articular de hombros limitada con una significativa anteriorización. 
  • Acortamiento de isquiosurales (sit & reach test y epr). 
  • Limitada dorsiflexión de tobillos. 
  • Excesiva inclinación frontal del tronco al realizar una triple flexión de piernas (sentadilla), con ligero colapso frontal en valgo, hiperpronación, con tendencia a la rotación externa. 
  • Supuesta debilidad de los flexores profundos del cuello, notando fatiga a los pocos segundos de una flexión craneo-cervical isométrica. 
  • Posible debilidad muscular de la musculatura escapulo-torácica. 
  • Acortamiento y/o retracción de la musculatura pectoral. 
  • Acusadas molestias en la zona del hombro al hacer la movilidad pertinente, a lo que de inmediato sugiero consultar con el profesional fisioterapeuta. 
La fisio y yo nos pusimos en contacto, a lo que me confirmó una supuesta tendinopatía de manguito rotador, así como una clara debilidad de músculos dorsales y redondos, entre otros. Gracias a ella, me puse en trayectoria de poder orientar la programación del entrenamiento de la manera más eficiente posible.

Objetivos? Respirar, Relajarse, Moverse!

Ya desde un primer momento pude intuir una sobresolicitación, inconsciente, en la porción descendente o fibras superiores del músculo trapecio y musculatura adyacente (esplenio, elevador de la escápula, semiespinosos, etc.) —parecía vivir en tensión permanente y sin darse cuenta, con los hombros encogidos—. Lo primero que hicimos fue hacerla consciente de su respiración, de sus segmentos corporales, de su tensión.

Seguidamente, realizamos ejercicios con facilidad y sin dolor. Movimientos finos, analíticos, de baja carga. Dando instrucciones precisas, tanto visuales como verbales. También ciertos estiramientos de poca intensidad de la musculatura implicada: cuadriceps, isquiosurales, iliopsoas. Además de pectorales, usando, por ejemplo, la técnica de posición de alivio de Brügger —impresionante la sensación que le produjo hacer esto por primera vez—. Por un instante, unos segundos, notaba la articulación liberada, sin dolor, increíble, verdad?

Seguimos con ejercicios de retracción escapular, de rotación externa, de elevaciones, de encogimientos, comenzando sin carga adicional, y progresando con gomas, mancuernas, etc., en las siguientes semanas. De momento seguimos sin introducir movimientos verticales por encima de los 90º, pero ya estoy programando ciertas adaptaciones para llevarlos a cabo sin molestias y en distintas posiciones.
A la postre, esto formaría parte del bloque de calentamiento, enlazando con las progresiones lógicas que nos marcase su tolerancia. Escuchando, sintiendo, sin prisas…

Desde un principio, el objetivo sería realizar un trabajo de acondicionamiento psico-físico global, de cuerpo completo, con prioridad en la funcionalidad de rodillas y hombros, como acabo de mencionar.

La frecuencia? Solo dos sesiones por semana. La compatibilidad laboral, doméstica y de cualquier otra índole no daba para más. Pero, y ahora viene lo mejor: referente a las rodillas, en tan solo cuatro semanas, o lo que es lo mismo, unas siete unidades o sesiones de entrenamiento, las molestias en las rodillas habían desaparecido en su totalidad. Y no solo eso, está perdiendo esos miedos sugestivos: ya baja las escaleras con seguridad, sin tener que agarrarse a la barandilla. Realiza las sentadillas cada vez mejor; está adquiriendo buenos niveles de fuerza en ejercicios dominantes de cadera y de rodilla, a cada semana que pasa.

Ahora mismo, después de dos meses, seguimos inmersos en la recuperación del hombro —esta parece que nos va a llevar algo más de tiempo, pero con cada vez mejor sensaciones—. El trabajo va conjunto con el realizado por la fisioterapeuta una vez por semana, más o menos. En el calentamiento, introdujimos nuevos movimientos, como más trabajo propioceptivo, ejercicios de CCC con fitball contra pared, cuadrupedias, tres apoyos, dos, con ojos cerrados, con picas, pelotas, etc.
Añadimos gomas, mancuernas, etc., y seguimos reduciendo, día a día y de manera considerable, la percepción de dolor en el complejo articular del hombro. En la parte principal ejecutamos ejercicios básicos de empujes y tracciones para los MMSS, y aumentamos significativamente las intensidades de trabajo de MMII.

En los bloques de trabajo cardiovascular, no realizamos más de 20’ en la misma sesión, sumados a otros 30’-40’ que hace por su cuenta. En breve iniciaremos ejercicios más intensos para ir elevando las pulsaciones y mejorar su condición cardio-pulmonar pero, de momento, nos sirve para los objetivos pretendidos.

Para concluir, quisiera puntualizar que, salvo contextos, no podemos, ni debiéramos limitar los movimientos naturales del cuerpo, cortar esa acción es cortar una función, y todo lo que ello conlleva. Lo que sí debemos hacer es poner las mejores herramientas encima de la mesa y enseñárselas a la persona que tenemos delante.

En mi humilde experiencia práctica, a todas las personas a las que se les programa el entrenamiento y se hace de manera supervisada, sobre todo los primeros meses, enfatizando en un adecuado ritmo respiratorio e higiene postural y técnica de calidad de los ejercicios de musculación, trabajando la disociación segmentaria y evitando movimientos de sustitución, progresando en una mayor carga, unido a un trabajo más global, entre otros, han referido una mejora significativa, antes o después.

“La profesión de Entrenador Personal es tan fascinante, que puedes conseguir que una persona modifique la posición del dedo pulgar al hacer un movimiento concreto y de repente ya no sienta dolor".

Seguimos trabajando…


P.S.: Debido a mi instinto rebelde, aunque concordando casi en totalidad con el criterio del fisioterapeuta en algunas cuestiones principales, ya veis que hemos hecho sentadillas, máquina de extensiones, encogimientos de hombro, etc.
Lo que necesita una articulación móvil es moverse, válgame la redundancia. Necesita recuperar la comunicación con el sistema nervioso, con el cerebro. Necesita trofismo, sangre, oxígeno, nutrientes, etc.
ADENDA: No tengo mucho que añadir a la satisfacción que siento de ver cómo esta persona va consiguiendo ciertos objetivos que ni siquiera se planteaba que se podían conseguir con el adecuado ejercicio. Ella llevaba muchos años con eses dolores persistentes, con esos miedos. Poco a poco está ganando más seguridad en su cuerpo, en su mente, en sí misma.

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