domingo, 14 de enero de 2018

“Cuanto más ayudo a los demás, más me ayudo a mi mismo”

No hay nada que no me guste de mi trabajo, nada. Y si tuviera que resaltar algo, sería la satisfacción de ver —y comprobar con datos— como las personas a las que ayudo a entrenar, van mejorando, en mayor o menor medida, en todos los aspectos psico-físicos:

  • Personas lesionadas que van recuperando la funcionalidad.
  • Personas con algún tipo de alteración y enfermedad a las que el entrenamiento les está devolviendo a la vida.
  • Personas con algún tipo de dolor crónico que van disminuyendo su percepción de dolor; que por fin están encontrando la puerta de salida de su calvario, de sus miedos...
  • Personas con exceso de peso graso, con obesidad que, paralelamente a mejorar su composición corporal, van construyendo una autoestima y confianza en sí mismos de la que no eran conscientes que pudiesen ir alcanzando.
  • Personas con baja condición física y bajo tono muscular, además de un alto grado de sedentarismo, que no solo están recuperando niveles de su juventud y adolescencia, sino que la están superando con creces, convirtiéndose en auténticos atletas.
  • Personas, que en su afán de superarse, de mejorar su rendimiento, de superar unas pruebas físicas, de aprobar una oposición, van logrando sus objetivos y haciendo realidad sus sueños.
  • Personas que llevan años y años en los gimnasios, en los centros ocio-deportivos, en clubes, etc., y que no han podido o sabido sacar un mejor rendimiento al tiempo invertido. Y otras, por contra, que llevan poco tiempo y que muestran un descontento considerable con la atención que se les da en algunos centros. 
He repetido muchas veces la palabra “PERSONAS”, solo quería decir “SERES HUMANOS”, humanos en todas sus dimensiones, seres..., yo no veo otra cosa.

Seguimos trabajando...

No hay comentarios:

Publicar un comentario