jueves, 18 de enero de 2018

“El movimiento se demuestra andando”

Casos Entrenador Personal (Bajar de Peso Graso derivando hacia Hábitos Saludables, o viceversa)

Prometo que, esta vez, no seré nada técnico e iré al grano…

“Iván, estoy cansado de estar así y no consigo resultados duraderos yendo por mi cuenta al gimnasio. Me mato a sudar, hice dietas, incluso a veces no como, y nada. He buscado en internet y tú fuiste el que mejor impresión me causaste. ¿Puedes ayudarme?”

Este fue el mensaje con el que me desvelé una noche de hace ocho meses. Al día siguiente le respondí, y esa misma tarde ya nos citamos para conocernos y hablar con calma.

Detrás de esta historia había una persona de 22 años, estudiante universitario a tiempo completo, 1,76 metros de estatura, casi 100 kg de peso y 103 cm de circunferencia de cintura. Tímido, con la autoestima por los suelos, con dolores cervicales recurrentes y muy bajos niveles de fuerza, o mejor dicho, poca capacidad de aplicarla y de resistirla. Tímido, con la autoestima por los suelos, con dolores cervicales recurrentes y muy bajos niveles de fuerza, o mejor dicho, poca capacidad de aplicarla y de resistirla. Con las horas de sueño desorganizadas por los estudios, y podía señalar algunas más alteraciones vistas tanto de manera estática como dinámica, pero no es el objetivo de esta publicación —y no cumpliría mi promesa de no explayarme tanto—.

Lo primero que hicimos, Valoración Funcional, Antropométrica y Nutricional. Lo segundo, ponernos a Entrenar. Solo dos días por semana de trabajo de musculación, no más de 20’ de cardio por sesión, repartido en tres días. Los primeros meses fueron supervisados en todo momento por mí. En la actualidad entrena él solo tres semanas seguidas, y una juntos. Aprovechamos para dar instrucciones precisas, corregir, varias intensidades, ejercicios, etc.

De la valoración nutricional comparto, a groso modo, en lo que estaba basada su alimentación, y unas cuantas imágenes de lo que comenzamos a hacer desde un primer momento, las modificaciones hechas con el paso de los meses, y en lo que se ha convertido en la actualidad con el paso de estos últimos meses:

1. Desayuno:
    - Café con leche y azúcar.
    - Nada de agua.

2. Comida del medio día dentro de lo que él consideraba “normal”:
    - Macarrones con tomate frito envasado.
    - Arroz con atún.
    - Ensaladilla rusa con mahonesa.
    - Cocido.
    - Un vaso de agua.

3. A media tarde
    - A veces sandwich de fiambre.

4. A la cena:
    - Pescado con verduras o pechuga de pollo con ensalada.
    - Salmón con patata cocida.
    - Un vaso de agua.

5. Antes de acostarse:
    - Yogurt, cereales, etc.

Nota: solía tomar refrescos y comer pizzas y demás al quedar con amigos, y alcohol de manera ocasional, al salir los fines de semana.


Actualmente su alimentación es a base de hortalizas, tubérculos, fruta, huevos, pescado, marisco, carnes magras de ternera, pavo, pollo, conejo, cerdo, etc., y cereales tipo avena y arroz, y para beber, agua, ya desde el desayuno lo primero que hace es tomar un vaso y luego la reparte durante todo el día. La distribución y cantidades son variables durante la semana —unos días hace tres comidas y otros cuatro o cinco— y, ocasionalmente, toma algún refresco y comida rápida cuando va con los amigos, pero cada vez menos, además de que no le sienta bien.

Esto no acaba más que empezar, pues seguimos entrenando, ganando fuerza, confianza, haciéndose competentemente consciente y afianzando los nuevos hábitos alimenticios y mejorando la composición corporal. Lo único que le sigo pidiendo es TIEMPO y CONSTANCIA…

Seguimos trabajando…

No hay comentarios:

Publicar un comentario