viernes, 23 de agosto de 2019

Quien sabe de dolor todo lo sabe.

El siguiente caso de entrenamiento personal, reporta sobre una persona que se sometió a una intervención quirúrgica, bajo anestesia general, para realizar la exégesis de un tumor neurogénico en nervio tibial posterior, localizado a nivel del maleolo interno del tobillo izquierdo. La operación fue un éxito y la evolución postoperatoria favorable, por lo que el alta hospitalaria fue inmediata. No soy quien para ni tan siquiera mencionar la medicación prescrita, eso escapa tanto a mis competencias como a mi entendimiento, pero sí reseñar que las demás instrucciones fueron deambular con descarga del pie, y en cuanto se pudiese: CAMINAR. La paciente le preguntó al médico si hacía falta rehabilitación, a lo que este respondió que no, que con caminar era suficiente, pero a ella le dolía el pie, sobre todo al caminar —lógico también por el tipo de operación—, por lo que no se quedó tranquila, pero no hubo rehabilitación prescrita…

Para quien no lo sepa, este tipo de neurilemoma o schwannoma, son un tipo de tumores benignos de la membrana nerviosa, compuestos solamente por células de Schwann, las cuales normalmente producen la vaina de mielina que recubre los nervios periféricos. Por suerte, suelen estar muy bien delimitados, lo que facilita su exégesis sin dañar el nervio. Lo que presumiblemente le sucedía a esta persona era una sintomatología por compresión nerviosa, ya que el tumor podría estar presionando el nervio contra una estructura ósea, y causar el dolor referido.

Pasados casi dos meses del último control en consulta externa de cirugía plástica, decidió ponerse en contacto conmigo, gracias a las buenas referencias dadas por un familiar, algo que agradezco profundamente, pues sin el boca a boca todo el trabajo que se pueda hacer —y los beneficios derivados de ello—, quedarían relegados —aún más— al ostracismo de lo desconocido; eclipsado por la polvareda de lo comercial, de lo guay…

En la primera cita personal la escuché atentamente, ni siquiera tomé ningún apunte escrito. Curiosamente, le pregunté si andaba descalza por casa, a lo que me respondió que no: que cada vez que estaba descalza luego le dolía la zona pélvica. No era la primera vez que escuchaba algo así, a más mujeres le pasa. Lo que no conozco en profundidad es la asociación que puede haber entre estar descalza y tener dolor pélvico, pero seguro que alguna especie de aporía lo puede explicar.

Ya en la valoración funcional, surgieron una serie de alteraciones a tener en cuenta, por ejemplo: una menor dorsiflexión en el tobillo intervenido, insensibilización tanto en la zona de la cicatriz como en la planta del pie, etc.
Lo primero que hicimos fue descalzarnos —sin calcetines— y caminar. Inmediatamente, implementamos un trabajo específico que hicimos en las primeras cuatro sesiones de entrenamiento, previa familiarización y aprendizaje de los ejercicios. Junto con ello, y aún con el miedo mostrado a notar dolor pélvico por estar descalza, le sugerí que tratase de andar descalza por casa todo el tiempo que pudiese, y aunque sintiese dolor que siguiese insistiendo.
Cuál fue el resultado? Pues que en tan solo tres sesiones —TRES!—, junto con lo sugerido para casa, el dolor desapareció. Así mismo, ya nota la planta del pie, teniendo sensaciones que jamás había percibido, de las que no era consciente.

Sinceramente, y quitándome méritos, no tuve que hacer grandes esfuerzos para orientar un programa de ejercicios que ayudase a recuperar la sensibilidad propioceptiva de toda esa zona. No los tuve que hacer, porque ya los había hecho con anterioridad —y al presente— con otras personas, y con resultados muy satisfactorios. Algunos le llaman ejercicio terapéutico, yo prefiero llamarlo por su nombre…

Caminar? Claro! Pero sintiendo…, al cuerpo hay que escucharlo, al cerebro hay que ayudarlo. De todas formas, habrá que estar atentos a la progresión: nada nos garantiza que el cerebro quiera opinar distinto...

Cómo no voy a dedicar tanto tiempo a estudiar sobre el dolor, sus mecanismos; sobre el cerebro, el sistema nervioso, el sistema neuromuscular; las células, los tejidos; las fascias, la dinámica de fluidos, la tixotropía, la mecanotransducción; el efecto nocebo, placebo…?
A veces tengo la extraña sensación de que cuanta más experiencia significativa acumulo, de que cuanto más estudio, más puedo ayudar a los demás —solo es una extraña sensación—.

Seguimos trabajando…

NOTA: esto es solo una propuesta para una persona concreta, pero extrapolable a todo el mundo por la sencillez de los mismos. De todas maneras no está demás —además de ser una recomendación lógica— consultar con un fisioterapeuta y con un entrenador personal para orientar los ejercicios de la mejor manera posible y en la dosis adecuada.

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