domingo, 25 de noviembre de 2018

Ejercicio Físico y Suelo Pélvico en la Mujer: función, prevención y tratamiento. Parte I

Solo cabe la posibilidad de seguir mejorando para acercarnos a lo mejor que se puede hacer en el ámbito que corresponda. Es por ello que una conferencia de casi dos horas me ha llevado una semana entera de tomar anotaciones, hacer resúmenes y leerlo una y otra vez. Todo ello sumado al anterior curso realizado, a toda la literatura científica vista en estos últimos dos años, y al trabajo práctico que estoy llevando a cabo en el gimnasio en coordinación con unidades de fisioterapia del suelo pélvico. Pero no se puede quedar nada en el tintero si se quieren hacer bien las cosas, o lo menos mediocre posible. Lo de tocar de oído casi que lo dejamos para otras tareas…

Fantástico curso con el que llevamos desde hace casi tres meses. Un módulo que lleva por nombre “Ejercicio Físico y Suelo Pélvico en la Mujer: función, prevención y tratamiento”, organizado por el IICEFS (Instituto Internacional de Ciencias del Ejercicio Físico y la Salud), e impartido por el Dr. Antonio Meldaña Sánchez (PT, PhD).
A continuación un breve resumen que me ayuda a seguir aprendiendo, y que seguro es de interés para muchas personas que tengan algún tipo de problema de este tipo. Como dice la frase, “hay muchas maneras de ayudar a los demás, una de ellas es proporcionar la información que necesitan en el momento preciso”:

Los aumentos de la Presión Abdominal dependen de la intensidad de los movimientos o esfuerzo (respiración, estornudo, tos, etc.), o de las acciones que se estén realizando. La PA no es mala —es fisiológica y necesaria—, es a través de ella que se produce la activación de todo el complejo abdomino-lumbo-pélvico. Indudablemente debe ser segura, pero hay que buscarla.

El Suelo Pélvico no funciona de manera aislada. Forma parte del complejo anatomo-funcional conocido como “CORE”: un sistema de estabilidad profunda del tronco y de la columna lumbo-pélvica. Cuando se activa la musculatura del SP, se activa la musculatura abdominal, reflejando una co-activación fisiológica del suelo pélvico (elevador del ano) y pared abdominal (transverso y oblicuo interno), entre otros. Se evidencia una relación directa con la postura/posición, la respiración, el equilibrio y la estabilidad del tronco que permite los movimientos de las extremidades; produciéndose una activación retardada en mujeres con IU (Incontinencia Urinaria). Así mismo, se trata de un sistema aún mucho más complejo, dependiente del SNC (Sistema Nervioso Central). Si bien podemos incidir de manera voluntaria en su actividad, el 90% de las veces el suelo pélvico se contrae de manera refleja. Por ejemplo, durante las AVD (Actividades de la Vida Diaria), y eso es algo que hay que trabajar en los entrenamientos; realizando ejercicios específicos, claro, pero siempre trabajando de manera global y segura, favoreciendo la reeducación fisiológica.

Con respecto a la actividad física, se debe tener en cuenta que la supervisión de los ejercicios es una condición indispensable para obtener resultados óptimos. Las mujeres del grupo de entrenamiento se recuperan mucho mejor que las que no lo hacen. Y los mejores resultados se obtienen al individualizar correctamente.
El ejercicio físico puede prevenir o agravar, según la carga de trabajo, la dosis y el tipo de ejercicio, todo depende. Se pueden incluir ciertos ejercicios de activación de la musculatura abdominal profunda, pero sería conveniente hacerlo junto con el control ecográfico de la zona, valorando, en tiempo real, las respuestas funcionales del organismo en las AVD y durante las técnicas de tratamiento, porque de lo contrario hay riesgo de estar perjudicando.
Curiosamente, se están usando multitud de tratamientos sin evidencia científica suficiente que, incluso, van en contra de la fisiología normal del organismo. No tienen sentido ciertos métodos de moda!

Actualmente, el ejercicio físico específico es una estrategia sumamente eficaz para la prevención y recuperación de disfunciones del suelo pélvico (incontinencias, prolapsos), aunque la falta de información rigurosa confunde a los propios fisioterapeutas, entrenadores y médicos.
Otro de los pilares básicos para este propósito recae sobre el control de la alimentación y el peso corporal (nivel de evidencia científica muy alto, “1b”, y un grado de recomendación clínica máximo, “A”).
Según una revisión sistemática Cochrane con meta-análisis, publicada en el 2015 (Dumoulin C, et al. Neurourol Urodyn), el entrenamiento supervisado de la musculatura del suelo pélvico (Pelvic Floor Muscle Supervised Training, por sus siglas en inglés) se corresponde con las primera línea de tratamiento en las incontinencias urinarias, con un nivel de evidencia máximo (1a), y un grado de recomendación máximo (A). https://www.ncbi.nlm.nih.gov/m/pubmed/25408383/

Tal y como se recoge en un magnífico trabajo de la fisioterapeuta Ruth Sapsford (Rehabilitation of Pelvic Floor Muscles Utilizing Trunk Stabilization. Sapsford R. Man Ther. 2004. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/14723856), existen unas fases de entrenamiento que parecen dar los mejores resultados, y esto no es nada nuevo, a saber:

1. Control diafragma torácico.
2. Control relajación y activación del Transverso Abdominal (TABD).
3. Tonicidad refleja del Suelo Pélvico (TABD-OI-SP).
4. Trabajo fuerza abdomen-SP (ganar fuerza y resistencia).
5. Maniobras espiratorias (espiraciones forzadas).
6. Actividades de impacto.

Como conclusión, las disfunciones del suelo pélvico representan un problema de salud de alto impacto en la calidad de vida de las mujeres. El primer paso para comenzar un programa de recuperación del suelo pélvico será la Valoración Funcional del Suelo Pélvico. Una vez realizada, el programa debería incluir el control mediante Ecografía Funcional que proporcione imágenes en tiempo real. El ejercicio físico controlado y supervisado, el control de la alimentación y la fisioterapia son las armas más eficientes en la prevención y el tratamiento de las disfunciones del suelo pélvico, como demuestra la evidencia científica existente. Y la colaboración y coordinación entre profesionales de las ciencias de la actividad física y la salud son básicas para conseguir buenos resultados.

Seguimos trabajando…

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