lunes, 4 de agosto de 2014

Estar bien contigo mismo y con los demás

Sin aceptación es imposible progresar. Aceptar nos obliga a reflexionar sobre nuestra situación y nuestras capacidades de una forma realista para examinar nuestras virtudes o defectos, nuestros puntos fuertes y nuestras carencias, nuestro pasado y nuestro presente. Mientras sigamos atormentados por nuestro pasado, resentidos con el mundo y frustrados con nuestras limitaciones (físicas, intelectuales, económicas o familiares) no podremos encontrar posibles salidas, relacionarnos con los demás de una forma positiva y tener la estabilidad necesaria para luchar por alcanzar un objetivo.
Alcanzamos la madurez cuando entendemos que no se puede tener todo, aceptamos nuestra vida e intentamos que sea lo más armoniosa posible. Cuando transigimos con nuestro físico, nuestro intelecto, la infancia que tuvimos y las circunstancias que nos ha tocado vivir. Cuando admitimos que la vida tiene momentos muy duros y que nosotros, como cualquier otro individuo, hemos de pasar por unos cuantos. Gracias a esa aceptación estaremos mucho mejor con nosotros mismos y con los demás.

El círculo de la motivación

No hay comentarios:

Publicar un comentario