viernes, 23 de septiembre de 2016

No pain more gain

"Los Entrenadores, como profesionales del Ejercicio Físico y la Salud, tenemos, no sólo el deber, sino la obligación de no fomentar el error en los entrenamientos de cualquier persona, tanto usuarios y clientes de los gimnasios, como, por supuesto, en los entrenamientos personales.

Esto se consigue, por un lado siendo consecuentes con nuestras acciones y realizar nuestros propios entrenamientos con el máximo de calidad, atendiendo tanto a la ejecución técnica y variables de intensidad, como a la presencia, educación y respeto por los propios empleados del centro (gerentes, instructores, entrenadores...), los clientes y usuarios, así como el cuidado de las instalaciones y herramientas disponibles.
Por otro lado, hablando y empatizando con los mismos clientes, dando las instrucciones pertinentes cuando sea necesario y ayudando en caso de necesitarlo. En este último caso, por ejemplo, cuando un cliente está realizando un ejercicio por encima de sus posibilidades y solicita ayuda o incluso en caso de no solicitarla, nuestra ayuda irá encaminada a darle los consejos apropiados y hacerle ver que la ayuda no es ni buena ni necesaria y lo que debiera de hacer es poner un peso más apropiado. Otro ejemplo en la ejecución de ciertos ejercicios, hay que dar las instrucciones adecuadas y bajo ningún concepto enfatizar y motivar el error. Por supuesto siempre habrá matices y personas bien preparadas y experimentadas que se podrían beneficiar de tal asistencia o de quizás realizar ciertos movimientos con algo menos de calidad técnica. Pero son casos excepcionales y aislados.

Por lo general el profesional que habla mucho y presume de conocimientos, suele carecer de tales dotes, y si bien pudiese tener los mencionados, aún tendría mayor responsabilidad cuando de dirigirse a los demás se trata.

Busca y escucha a entrenadores no sólo cualificados profesionalmente, sino también competentes personalmente; que te enseñen, que aprendas y te traten con el respeto que mereces. No te dejes engañar por la palabrería, la sugestión. Te estarán y te estarás haciendo un flaco favor. Y no te creas eso de que —es que la alta competición y el rendimiento es lo que tiene, hay que sufrir, incluso lesionarse—, como he podido escuchar en alguna que otra ocasión. Es una burrada y carece de sentido común.

No todo vale...

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