sábado, 15 de marzo de 2014

Actividad Física y Densidad Ósea. Qué tipo de Actividad Física es la más adecuada para proteger nuestros Huesos?

  • La Actividad Física (AF) disminuye notablemente en las personas mayores. Menos del 30% de personas entre 65 y 74 años de edad y menos del 15% de adultos mayores de 75 años practican alguna AF de intensidad moderada de más de 10 min de duración. 

  • Además de aumentar la fragilidad física y la comorbilidad, los factores psicológicos, sociales y económicos contribuyen a esta disminución 


La fractura de cadera es una causa importante de morbilidad y mortalidad en las personas mayores, suponiendo una pérdida de independencia y una enorme carga tanto económica como a nivel de secuelas sociológicas

Se piensa que la disminución de la cantidad e intensidad de la AF relacionada con la edad contribuye a este aumento en el riesgo de fractura por osteoporosis y que la promoción de la actividad física de las personas mayores ayuda a mantener la densidad ósea

Por lo tanto, a pesar de que un aumento de la AF en personas de edad avanzada pueda conllevar un mayor riesgo de caídas, parece que este riesgo de que aumente el riesgo de fractura se ve compensado por otros beneficios y que el efecto neto supone una reducción en el riesgo de fractura

En términos de efectos sobre la masa ósea, la AF puede estimular la formación de hueso y por lo tanto mejorar la densidad mineral ósea (DMO) que está fuertemente relacionada con el riesgo de fractura de cadera, a través de la exposición del esqueleto a la tensión mecánica (definida como deformación del hueso por unidad de longitud en respuesta a la carga)

No está claro el tipo de actividad que es más eficaz. La AF medida objetivamente utilizando acelerómetros es un método preciso para el estudio de las relaciones entre la AF y el hueso además de otros resultados o parámetros.

Recientemente la Universidad de Bristol en colaboración con varias asociaciones ha llevado a cabo un estudio Longitudinal de Padres e Hijos (ALSPAC) para examinar las relaciones entre los niveles de impactos verticales asociados con la AF y la densidad mineral del fémur.

Curiosamente, los impactos verticales más intensos (> 4g), aunque poco frecuentes, representaron en gran medida la relación entre los niveles habituales de AF y de densidad ósea (DMO)del fémur en los adolescentes.

Sin embargo, en un estudio piloto posterior, donde se utilizó el mismo método para registrar los niveles de AF en las personas mayores, no se observaron impactos mayores a 4g.

Por lo tanto, en la medida en que los impactos verticales deben exceder un cierto umbral con el fin de que estos supongan una medida protectora para el hueso, probablemente dicho umbral es considerablemente menor en las personas de edad avanzada en comparación con los adolescentes

Actualmente hay previstos más estudios encaminados a identificar ese umbral en las personas mayores, para proporcionar una base para la selección de los programas de ejercicio en estas personas que puedan proporcionar una mayor protección ósea

Acceso al articulo completo (PDF accesible)


Fuente: Biolaster

No hay comentarios:

Publicar un comentario