martes, 10 de junio de 2014

Infarto de miocardio y entrenamiento personal


El Entrenador Personal debe trabajar con el cliente que haya sufrido un ataque al corazón, o que se haya sometido a rehabilitación cardíaca, y tiene el alta médica para seguir con un programa de ejercicio. Esto sitúa al Entrenador Personal en una posición adecuada para obtener los datos más recientes sobre el cliente nuevo: resultados de la prueba de esfuerzo, resultados de un ecocardiograma y una carta de autorización médica con recomendaciones del cardiólogo.
Estos informes aportan al Entrenador Personal la información médica necesaria sobre por dónde puede comenzar (es decir, nivel de intensidad y otros parámetros). Esta prueba de esfuerzo proporciona el valor del consumo máximo de oxígeno para poder determinar el nivel de intensidad.

También es importante reparar en que el Entrenador Personal no debe entrenar a los clientes posinfarto y que tengan una arteriopatía coronaria sin dolores torácicos asociados. Estas personas se deben monitorizar clínicamente mientras se ejercitan.

Los clientes posinfarto no se deben entrenar hasta que cuenten con la autorización médica de un cardiólogo, cirujano vascular o ambos. En este punto, el profesional médico debe determinar el nivel de intensidad y los límites del entrenamiento para que el Entrenador Personal trabaje con ellos. El médico debe suministrar un valor para el equivalente metabólico (MET) o el VO2máx al Entrenador Personal para que le sirva a éste de punto de partida con que diseñar un programa. El programa también debe contar con la aprobación del médico o, como mínimo, figurar en la historia médica del cliente.

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